APUNTE
Cuidado, prudencia pero no alarma
El accidente del autobús ha abierto el debate sobre la peligrosidad del acceso por el segundo puente
El fatal accidente que Cádiz llora esta semana en el que han perdido la vida cuatro personas tras ser atropelladas por un autobús fuera de control está dejando secuelas. No sólo las evidentes. Las dramáticas. Las comprensibles y perfectamente sobrecogedoras de que cuatro ciudadanos hallan muerto en tal terribles circunstancias, sino también aquellas que trascienden a la seguridad ciudadana. Y es que a nadie se le ha pasado por alto el hecho de que un autocar a tal velocidad pudiera saltarse una mediana e ir hacia el otro sentido sin que nada se lo impidiera. Sin que algo le frenara antes. De ahí que se estén analizando ya si este siniestro se podría haber evitado con algún tipo de contención o de control.
Pero la bajada del segundo puente, el más alto de España, está ya controlada. Es decir, hay límites de velocidad que han tenido un estudio previo que regulan este tramo. También semáforos. Pero ante cualquier incidencia -como la que previsiblemente ocurrió- los vecinos de esta zona piden algo más. Un escudo que evite tragedias como la que ha vestido de luto a toda la ciudad.
Por ello es importante tomar nota de lo que ha pasado pero con prudencia. La alarma ante hechos así es comprensible pero también este tipo de decisiones se tienen que tomar con calma, con informes y demás análisis que hagan que la medida que se pueda ejecutar sea realmente eficaz, si es que se necesita. En caliente, en medio del terror y bajo la presión social no es aconsejable adoptar soluciones que al final no sirvan para nada. Porque si es así, podrá volver a ocurrir.
Aún así, también hay que tener en cuenta que la fatalidad siempre puede estar presente. La capital gaditana afortunadamente no vive muchos episodios tan dantescos como el acontecido, pero ocurren. Quizá nos coja más lejos y no se sientan de la misma manera porque no es esa calle, ese barrio, ese lugar por donde tú mismo o tu familia pasa a menudo. Pero pasa. Y se pueden dar varias circunstancias que unidas hagan de ese suceso una crueldad mayúscula. Sin embargo sí es necesario pensar si algo lo hubiera podido impedir y tomar entonces las decisiones que sean mejor para todos y para el futuro.
