OPINIÓN

Herodes. Versión 5.0

El macabro acto terrorista de Hamas no puede ser el motivo para argumentar el exterminio del pueblo palestino

«Entones Herodes llamó aparte a los magos y por sus datos precisó el tiempo de la aparición de la estrella. Después, enviados a Belén, le dijo. «Id e indagar cuidadosamente sobre ese niño y cuando lo encontréis comunicármelo para así yo también adorarle»….. Y ... avisados en sueños que no volvieran donde Herodes, se retiraron a su país por otro camino… Después que ellos se retiraran, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José, y le dijo: «Levántate , toma contigo al niño y a la madre y huye Egipto. Y estate allí hasta que yo te diga».

Y después vino la crueldad de la matanza de miles de inocentes que todos conocemos. Ahora, después de más de dos mil años, la historia se repite.

A pesar de que a lo largo de la historia el exterminio sistemático y planificado de un grupo de personas por su condición de raza, etnia, crecencia religiosa o ideología política ha estado presente en la evolución de la humanidad, el término Genocidio fue acuñado en el año 1944. Fue entonces cuando el abogado polaco y judío, Rafael Lemkin, creó el fatídico vocablo para referirse a la existencia de un «plan coordinado compuesto por diferentes acciones que apuntan a la destrucción de los fundamentos esenciales de la vida de grupos nacionales o étnicos, con el único objeto de aniquilarlos». El 9 de diciembre de 1948, a la sombra del Holocausto nazi contra la población judía, las Naciones Unidas aprobaron la Convención para la prevención y la sanción del delito de genocidio. En conmemoración de tal fecha, desde el año 2015 la Organización de Naciones Unidas decidió celebrar cada 9 de diciembre en el Día Internacional para la Conmemoración y Dignificación de las Víctimas del Crimen de Genocidio.

Ahora estamos asistiendo a un exterminio televisado. Las directrices son claras «Acabar con el grupo terrorista de Hamas», sin importar que para ello haya que aniquilar al pueblo palestino. En todas las guerras, y cada vez más, nos hemos acostumbrado a emplear el termino «daños colaterales» para referirnos a las víctimas civiles. En la invasión de la franja de Gaza y de Cisjordania por parte de ejército de Israel el daño colateral ha dejado de existir. Hospitales, escuelas, centros de refugiados, Organizaciones no Gubernamentales, delegaciones de las Naciones Unidas y oficinas de prensa, se han convertido en objetivos militares de máxima importancia. La mayoría de los más de 25.000 fallecidos son población civil (8 de cada 10 son mujeres y niños). Por centenares se cuentan las víctimas mortales entre el personal sanitario de hospitales y centros asistenciales, entre periodistas y entre cooperantes y miembros de organizaciones no gubernamentales.

La comunidad internacional clama, sin fisuras, el cese de guerra, mientras el Estado de Israel parece perseguir «la solución final de la cuestión palestina». El argumento para desarmar y vencer a un grupo terrorista no pasa por emplear la violencia indiscriminada contra la población civil. Ello desvirtúa cualquier atisbo de negociación y deslegitima, ante la comunidad internacional, el derecho a la defensa que tiene el Estado de Israel

El macabro acto terrorista de Hamas no puede ser el motivo para argumentar el exterminio del pueblo palestino.

La Ley del Talión siempre tiene un camino de vuelta.

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