La salud, por encima de la política

El brote de listeriosis que ha desatado un lote de productos cárnicos contaminados de La Mechá, una empresa radicada en Sevilla, ha activado la alerta sanitaria, generando, como es lógico, cierta preocupación entre la población, pero ahora es el momento de confiar en los profesiones sanitarios para atender de la mejor forma posible a los afectados, al tiempo que se combate la infección. Por el contrario, la politización interesada de esta crisis por parte de algunos partidos, con el único fin de sacar rédito electoral, no solo resulta inmoral e inoportuna, sino contraproducente para su resolución. El caso es grave, puesto que han fallecido dos personas -una mujer de 90 años y un enfermo terminal de 72- y el número de contagiados ronda los 200. Pero es que, además del riesgo para la salud, que es lo importante, este tipo de episodios también generan una gran desconfianza entre los consumidores, con lo que, al final, acaban pagando justos por pecadores. Ni los enredos políticos ni el alarmismo social contribuyen a mejorar la situación.

Aunque toda respuesta es perfectible, las autoridades han respondido con rapidez y diligencia, siguiendo los protocolos establecidos, al tiempo que los controles sanitarios han funcionado. De hecho, se ha localizado una partida sospechosa que, saliendo de la misma fábrica, se comercializaba a través de otra empresa como marca blanca. Tanto es así que el propio Colegio de Médicos ha respaldado la actuación de la Junta de Andalucía, así como su labor de información y transparencia. Hay que dejar trabajar a los profesionales y aparcar el debate político, ya que solo enturbia el ambiente y genera confusión, tal y como demostró en su día la crisis del pepino en Alemania, cuya infección por E. coli, tras acusar a España, se originó en la Baja Sajonia.