¿Quién mató a Prim?

Desvelamos la historia real detrás del telefilme «El asesinato de la calle del Turco». Varios son los posibles autores del primer magnicidio de nuestra historia

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El general Juan Prim y Reus siempre respondía «España no es país de asesinos», cuando su mujer le expresaba su miedo ante las represalias de sus enemigos. Sin embargo, el 27 de diciembre de 1870 el conde de Reus sufrió un atentado cuyas heridas le causaron la muerte tres días después. La miniserie «Prim, el asesinato de la calle del Turco» repasa desde distintas ópticas los sucesos ocurridos esa fría tarde de invierno. Sin embargo, aún hoy hay muchas incógnitas. ¿Quién estuvo implicado en el asesinato de Prim? ¿Cómo murió verdaderamente el general? El asesor histórico de la película y profesor de la Universidad Complutense Gregorio de la Fuente Monge explica qué motivaciones políticas y personales pudieron lleva a cada uno de los sospechosos a terminar con la vida del Conde de Reus.

La película apunta a implicados como el duque de Montpensier, el general Serrano, implica a Rojo Arias, gobernador de Madrid y salva hasta cierto punto a Paul y Angulo. Sin embargo, «la versión oficial es que no se sabe quién mató a Prim», explica el profesor De la Fuente. «Hay varios sospechosos, pero antes de entrar en las motivaciones de cada uno de ellos hay que saber lo que representaba Prim. El general fue uno de los líderes de la revolución de 1868, “La Gloriosa”, que termina con la dinastía de los Borbones y propone un proyecto de regeneración nacional que incluyó amplias libertades, exaltación de la soberanía popular y medidas anticlericales. Con Prim nace la libertad prensa, de asociación, reunión pacífica, abolió impuestos de consumo y redujo la influencia del clero. Impulsó una Constitución monárquica pero democrática. De hecho, su lema era libertad y orden, pero esto planteó un problema, porque no tenían monarca».

Los candidatos al trono

En aquel momento, explica el historiador, Prim, como jefe del Consejo de Ministros, barajaba varias opciones. Los Borbones, tras la revolución, quedaron descartados. «El general Espartero, salida natural de la revolución, quedó también descartado porque por temas que venían de muy atrás Prim nunca le ofreció la corona con garantías», continúa De la Fuente. «Algunos hablaban de que Prim quería ocupar el trono, pero históricamente eso no se sostenía». El tercer candidato era el duque de Montpensier, pero también quedó fuera de la carrera política cuando mató en duelo al infante Enrique, hermano del marido de Isabel II.

Entonces tuvieron que dirigir su mirada a los candidatos extranjeros, que era lo que verdaderamente quería Prim. Había un candidato portugués, un alemán y Amadeo de Saboya, duque de Aosta, hijo del rey Vittorio Emmanuelle II, que por aquel entonces estaba impulsando la unificación de Italia y estaba bien visto porque representaba esa idea de libertad y nación. Así, Amadeo I fue elegido rey de España el 16 de noviembre de 1870 por mayoría en las Cortes. «El atentado a Prim fue unos días después, por lo que está relacionado con la elección del nuevo Rey», apunta De la Fuente.

Los sospechosos

El sumario judicial del caso, resumido por Antonio Pedro Rius en su libro «Los asesinos de Prim», no llegó a conclusiones muy esclarecedoras, pero sí acusa a varios autores materiales, entre ellos Paúl y Angulo. «Se supo que estuvo involucrado Solís Campuzano, secretario personal de duque de Montpensier. Pero la simple eliminación de Prim no lo llevó al trono, por lo que también pudo haber motivos personales», cuenta el profesor. De hecho, hubo dos intentos premios de asesinar a Prim, en septiembre y noviembre, que también apuntaban al duque de Montpensier.

Asimismo, se habla de la posible implicación de Pastor, jefe de escolta de Serrano, que también estuvo implicado en una intentona anterior. «Se suele pensar que el regente serrano estaba informado algo del atentado hasta cierto punto, aunque Rius decía que no. La ficción involucra a Serrano al final, pero realmente el más pro-Montpensier era el general Topete, al que Prim dejó al mando más tarde. Tanto Serrano como Topete fueron leales a Amadeo, por lo que no tiene sentido matar a Prim si dejaban como rey a su candidato, por lo que volvemos a toparnos con venganzas personales. Serrano y Prim tenían motivos para llevarse mal. De hecho, la única batalla importante de la revolución la ganó Serrano y el pueblo se la atribuyó a Prim. Quizás sin Prim Serrano pensaba que podría convertirse en el hombre fuerte del régimen, por la realidad dice que tampoco fue así», aclara De la Fuente.

El republicano Paul y Angulo quedó implicado en el caso después de que uno de los testigos reconociera su voz. «Sin embargo, políticamente su partido, el republicano, condenó el atentado y tampoco llegó la república después del Gobierno de Prim», añade el profesor. «Lo importante es saber que con la muerte de Prim entra en crisis ese proyecto de modernización de la nación española».

Las últimas investigaciones

Al final de la película, uno de los hombres de confianza de Serrano aparece también como culpable. Estos hechos responden a una de las últimas investigaciones forenses realizadas sobre la momia de Prim que apuntan a que el general pudo morir ahorcado. «Como historiador, la reciente controversia entre los forenses universitarios sobre si las marcas son señales postmortem causadas por la corbata o son marcas de ahogamiento me parece poco esclarecedora. Si hubiera sido estrangulado, el general serrano se vería más involucrado, ya que él se hizo cargo de la situación y limitó los contactos con Prim en el lecho de muerte», concluye Monge.

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