Arguiñano: «Los concursos de cocina no enseñan, son carreras, y para eso están las motos»

El cocinero más mediático presenta su nuevo libro con 350 recetas, todas ellas extraídas de sus programas en Antena 3

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El coninero más popular de la televisión, que ahora trabaja para Antena 3, ha presentado en Madrid su último libro, «En familia con Karlos Arguiñano», en el que propone sus 350 recetas para cocinar en casa y en familia. Todas las recetas proceden de sus programas, por lo que son sencillas, salen ricas y están cargadas de fundamento.

-¿Cómo sienta publicar un nuevo libro?

-Un libro es como un hijo. Llevo bastantes. Cuando presento uno nuevo me emociono. Soy cocinero y no escritor. Este último es muy mimado. Está hecho a fuego lento, con cariño y amor. Están todas las recetas para comer y compartir en familia. Para mí, comer y estar con la familia son dos de las cosas más importantes que se pueden hacer en la vida.

-¿Le gusta que sus nietos entren en la cocina?

-Son pequeños. El mayor tiene diez años. A esa edad lo que tienen que hacer es de pinches. Nada de cuchillos, ni fuegos, ni aceites. Ayudando aprenden a conocer platos, productos que de otra manera al resultarles extraños no los quieren probar.

-¿Qué opina de la gente que compra por internet?

-Yo soy de los que disfrutan haciendo la compra en el mercado de siempre... eso o preparar las verduras y hortalizas que tengo en mi huerto. Esa modalidad no la tengo muy controlada. Me gusta ver las cosas que compro.

-En esta nueva temporada de «La cocina con Karlos Arguiñano» ha apostado por hacer el programa en directo. ¿Qué tal la experiencia?

-Fue solo un programa. Hacer un espacio de estas características todos los días sería una locura. Para muchos niños que ven mi programa soy como un mago: llevo ese gorro de cocinero y meto un pollo en el horno y a los cinco minutos ya está asado.

-Dspués de 26 años haciendo programas de cocina en televisión, ¿puede hacer un balance?

-Es positivo al ciento por ciento. Cuando empecé en ETB creía que iba a durar un par de meses y aquí estoy, más mayor, pero con las mismas ganas e ilusiones. En este tiempo que he estado, además de en la autonómica vasca, en TVE, Telecinco y ahora Antena 3, no me han echado de ningún lado. Me siento muy querido por la gente y no solo en España sino en muchas partes del mundo, ya que gracias al canal internacional me ven hasta en Australia. Además, durante cerca de cinco años [han repetido un montón de veces las emisiones] tuve un programa en Argentina.

«Me fui de Telecinco por no prescindir de 150 personas y quedarme yo»

-¿Usted no se fue enfadado de Telecinco?

-Para nada. Siempre he recibido un trato excelente. En todas las cadenas en las que he estado, además de mi programa estaban incluidos «Bricomanía», «Decogarden» y «Pelota vasca». Yo la vida la tengo más o menos solucionada, pero no podía prescindir de cerca de 150 personas que trabajan en Bainet y quedarme yo; así que opté por marcharme y seguir todos juntos.

-¿Qué le ha dado a usted la televisión?

-He aprendido un montón. Me he enriquecido como persona. Hasta llegar a la televisión no me hacían caso, ahora me lo hacen. Me siento muy orgulloso y feliz de haberme convertido en maestro cocinero de la gente y ayudar a que guste la cocina.

-¿Viven los programas de cocina un boom? ¿Qué opinión le merecen?

-Hay mucho más interés que antes. La gente nos siguen porque quieren comer mejor y de paso ahorrar dinero. La cocina y el acto de cocinar se ha tomado como algo más natural. En cierta medida me siento un poco culpable. Cocinar, las recetas, en mi opinión, es el legado cultural más barato y mejor que les podemos dejar a nuestros hijos, más que un piso. Es una herencia acojonante.

-¿Le gustan los programas en los que cocinan niños?

-Los niños no tienen que estar entre fogones. A partir de los diez años ayudando, pero no cocinando. Los niños tienen que jugar al fútbol, a la pelota o irse a la piscina.

-¿A un cocinero tan mediático como usted no le han llamado para colaborar en alguno de los muchos programas que hay?

-Me han llamado, pero no es algo que me guste. Haciendo esas cosas no me divierto nada. No son programas que te enseñen a cocinar ya que todo son carreras y para eso ya están las motos. La cocina tiene que ser dulce, tomarse su tiempo. Como juez tampoco me veo. Nunca me ha gustado que me pongan nota. Recuerdo que en el cole no tenía buenas calificaciones y lo que no me gusta para mí no lo quiero para los demás.

-Usted, al margen de la cocina, ha producido alguna película para el cine. ¿Piensa repetir?

-El panorama está un poco complicado. Ahora mismo, tal y como están las cosas, meterte en una película supone que lo que has ganado con esfuerzo en diez años lo puedes perder en un par de semanas. En lugar de en cine, prefiero invertir en otras cosas como la escuela o el motociclismo

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