Embarcarse rumbo a la aventura

A pie de playa, los secretos del marisqueo son descubiertos, como las almejas tras remo- ver la tierra, por las marisca- doras gallegas. Conocer todo el proceso, desde la extracción hasta su comercialización, es posible gracias a Guimatur , la Asociación de Cultural «Mulleres do Mar de Cambados».

«El marisqueo es una actividad milenaria de subsistencia que practicaron los pueblos asentados en las costas de Galicia. La mujer mariscadora posee un profundo conocimiento de las circunstancias en las que se desarrolla su actividad y de las características biológicas de los mariscos que extrae», señala María José Cacabelos, presidenta de esta pionera entidad que en estos días cumple dieciséis años de vida. «El trabajo de mariscar no consiste sólo en capturar el molusco. También incluye tareas como resembra, limpiezas y vigilancias», explica.

Bajar a la playa con las tradicionales botas de agua con la que trabajan para meter las manos en la arena y recoger almejas, berberechos, navajas... resulta una emocionante experiencia. Así como visitar el tradicional barrio marinero de Santo Tomé para descubrir los distintos tipos de casas marinera que utilizaban las conchas de las vieiras como aislantes. También la Ruta del Puerto (de momento paralizada por la Covid) nos adentra en el día a día de una lonja de pescado, descubre qué es una depuradora de mariscos, cuáles son las funciones de una cofradía de pescadores o una interesante visita las rederas. «Todas tienen el objetivo de poner el valor el trabajo de mariscadoras, rederas y de toda la cultura marinera», señala Cacabelos.

Pero además de mariscar, nada como embarcarse en un pesquero tradicional para descubrir los secretos y el esfuerzo diario de los pescadores. Una experiencia única posible gracias a Pescaturismo Spain , que centraliza toda una serie de actividades en Menorca, Mallorca, Valencia, Murcia o Cataluña. «Permite convivir con los pescadores tradicionales durante su jornada laboral de una manera muy exclusiva, porque el número de invitados a bordo nunca suele sobrepasar las cinco personas», explica Pepe

Martínez, CEO de la compañía, quien precisa que «la actividad puede ser tan diferente como el número de barcos que la realizan, ya que cada uno ofrece experiencias distintas y únicas, que además varían en función de la época del año o de la pesca que llevan a cabo en ese momento. Se pueden elegir excursiones de tres hasta doce horas de duración, de aventura o para compartir con tus hijos, por la costa o mar adentro, con avistamiento de delfines y cetáceos, con parada para darte un baño en verano o para los amantes de la gastronomía con auténticos platos marineros hechos con el pescado recién sacado de las redes», explica.

Y es que las opciones son tan múltiples como diferentes: excursiones exclusivas para la pesca del atún o del choco en Redondela, la pesca al curricán, jigging, chambel o potera, una salida nocturna para pescar sardinas... Porque una de las grandes ventajas de la actividad de turismo de pesca es que se puede realizar durante los 365 días del año, ya que los pescadores, respetando las vedas y paradas biológicas, salen todos los días a la mar siempre y cuando las condiciones meteorológicas sean favorables. Martínez tiene claro el fin: que los beneficios del turismo vayan directamente a la comunidad local, a pescadores y cofradías, y ofrecer un modelo sostenible frente al turismo masas. La clave es que el turista tenga una inmersión real en la cultura, gastronomía y tradiciones del mundo marinero, con el fin de concienciar a todos de la necesidad de transmitir este legado a las generaciones futuras, así como proteger el medio ambiente marino.

Durante el pasado año realizaron más de 300 excursiones con más de 800 viajeros. Pescaturismo gestiona más de medio centenar de embarcaciones en una treintena de puertos de Mallorca, Menorca, Murcia, Comunidad Valenciana y Galicia, aunque otras cofradías de España, principalmente de Canarias, Andalucía, Asturias y Cataluña ya han mostrado su interés en sumarse al proyecto.