Se han realizado 204 aproximaciones para tres especies concretas: ánades azulones, flamencos comunes, archibebes claros
Se han realizado 204 aproximaciones para tres especies concretas: ánades azulones, flamencos comunes, archibebes claros - SEO

Los drones apenas modifican la conducta de las aves

Pero pueden causarles estrés, concluye la Universidad de Montpellier, que recomienda no acercarles los artefactos más allá de 100 metros y no realizar acercamientos verticales

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¿Qué impacto tienen el color, la velocidad y el ángulo del vuelo de un dron sobre las aves?

Un equipo de investigadores de la Universidad de Montpellier (Francia) lo ha analizado, en concreto, para ánades azulones (Anas platyrhynchos) en semicautividad, flamencos comunes (Phoenicopterus roseus) y archibebes claros (Tringa nebularia) en estado salvaje en un humedal.

Para ello realizaron 204 aproximaciones de vuelo con un dron «cuadricóptero» (impulsado por cuatro hélices horizontales) con las siguientes características: longitud diagonal de 350 mm, 1.030 gramos de peso, carga útil de 250 gramos y velocidad máxima de 15 m/s.

Durante el 80% de los vuelos se pudo observar que la velocidad, el color y la repetición no afectaban las aves hasta los 4 metros de distancia, «algo sorprendente teniendo en cuenta la sensibilidad de los flamencos y los archibebes a las molestias humanas», señala SEO/BirdLife en una nota.

«Aunque no se registraron cambios en la conducta de las aves en la mayoría de las aproximaciones, esto no significa que no puedan causarles estrés», matizan los autores.

Ajustes necesarios según la especie

Las aves, eso sí, reaccionaron más con la aproximación de drones en vertical, posiblemente «porque las aves lo asociaban a ataques de depredadores». Ante estas conclusiones, recomiendan «no acercar estos artefactos más allá de 100 metros de las aves», realizando, por supuesto, los ajustes necesarios según las especies.

Los resultados sugieren que el uso respetuoso de drones puede utilizarse en la ornitología para realizar censos de poblaciones de aves, medición de variables bióticas o abióticas y registros sobre conducta. Tales aplicaciones podrían utilizarse, sobre todo, en lugares de difícil acceso, como montañas o amplios humedales (caso del presente análisis).

Los investigadores de la Universidad de Montpellier consideran que su estudio debe ser seguido de otros que evalúen el impacto de diferentes tipos de drones (distinto tamaño y niveles de ruido) sobre una larga lista de especies aviares. Dado que las tres observadas se alimentan de plantas y/o vertebrados: «Resulta esencial conocer también las reacciones de especies omnívoras y predadoras ante la presencia de los drones», señalan. De hecho, existen vídeos en internet que demuestran que las aves de presa tienden a atacar drones, algo también posible para córvidos y láridos, añaden desde SEO/BirdLife. Asimismo, los autores explican que también debería estudiarse la incidencia de estos dispositivos de vuelo en bandadas de aves y considerando su estatus reproductivo (no reproducción, incubación y cría).

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