Es el Fiesta producido en serie más rápido de la historia de Ford. Desarrollado por la división europea del departamento global de vehículos de altas prestaciones de Ford Motor Company, proporciona unas prestaciones impropias del segmento donde se encuadra. Y gracias a su motor EcoBoost el consumo medio oficial es de 5,9 litros cada 100 kilómetros.

Pero el gasto de combustible de este Fiesta no es un factor prioritario para el usuario habitual de este tipo de coches. Un conductor que busca emociones fuertes y que necesita la máxima seguridad, tanto por la mejora de estabilidad como la de los frenos. Y es lo que ha hecho el equipo de desarrollo de Ford RS, responsable de la evolución del Fiesta ST. Chasis y motor mejorados para ofrecer grandes sensaciones al volante.

Los resultados no pueden ser más espectaculares. El nuevo Fiesta alcanza una velocidad máxima de 220 kilómetros por hora y acelera de cero a 100 km/h. en menos de siete segundos (6,9 seg.). El motor EcoBoost de gasolina de 1,6 litros de cilindrada, 182 CV de potencia y 290 Nm de par con función Overboost es el principal responsable.

El bajo peso del motor y la combinación de tecnologías como el turbocompresor, la inyección directa de combustible y la distribución variable propician una conducción más dinámica. La calibración del motor y de la nueva caja de cambios manual de seis velocidades se llevó a cabo en el circuito de Nürburgring sobre un recorrido equivalente de más de 100 vueltas a una complicadísima pista de 21 kilómetros.

La eficiencia de combustible y emisiones del motor 1.600 es patente, con una cifra de 5,9 l/km en consumo medio y 138 gramos de CO2. Esto supone una reducción de emisiones del 20 % con respecto a la anterior generación de Fiesta ST, aunque cuenta con casi un 20 % más de potencia respecto al motor 2,0 litros de la primera generación.

Lógicamente un incremento de potencia necesita modificaciones importantes y el equipo Ford RS ha mejorado la suspensión, la dirección y los frenos con el objetivo de conseguir un notable rendimiento de conducción. Se han incorporado elementos solo disponibles en coches de altas prestaciones de mayor tamaño que incluyen el Ford Vectoring Control mejorado (eFVC) y el Control de Estabilidad Electrónico (ESC).

El nuevo Fiesta ST se reconoce en su parte delantera por una rejilla de gran tamaño con un diseño específico y un difusor trasero de generosas dimensiones. Los faros del ST llevan tecnología LED diurno y un kit completo ST; las nuevas opciones de pintura son el Rojo Race, Blanco, Negro Grafito, Molten Orange y Azul Racing.

El interior destaca por los asientos Recaro y una nueva caja de resonancia activa lleva al habitáculo el sonido del motor para que su característico ruido forme parte de la experiencia de conducción. El habitáculo del Fiesta ST también cuenta con detalles deportivos como los pedales y palanca de cambio de aleación y volante ST.

Para conseguir que la elevada potencia se transmite al suelo de la forma más eficaz posible y sin pérdidas de tracción, el nuevo Ford dispone de sistemas electrónicos como el eFVC, que aplica una determinada presión de freno a la rueda delantera interior para mejorar el agarre a la carretera y reducir el efecto de subviraje en curva, es decir, una función muy parecida a la de un diferencial autoblocante.

Con el objetivo de un rendimiento óptimo en competición y para los amantes de la conducción más deportiva, el nuevo software controla el equilibrio del Fiesta ST en respuesta a los cambios de dirección bajo aceleración y frenado y el control de estabilidad se puede modificar en tres posiciones. En la primera el sistema funciona normalmente, hay un modo wide-slip con intervención limitada para determinadas circunstancias sobre suelo deslizante e incluso se desactiva totalmente.

Las rótulas de suspensión son más resistentes y la nueva configuración de muelles y amortiguadores de mayor dureza junto a un centro de gravedad 15 milímetros más bajo, permite una notable estabilidad. La dirección asistida electrónica es más rápida y directa mientras que los frenos de disco traseros y un cilindro más grande mejora el rendimiento y la distancia de frenado.