Seat León ST 4Drive 2.0 TDI S&S, lo tiene todo

Las versiones con tracción a las cuatro ruedas en la gama Seat León ST, el primer famliar de la saga, llevan la denominación 4Drive; se combinan con los turbodiésel TDI 1.6 de 105 CV y 2.0 con 150 y 184 CV, el intermedio objeto de prueba en esta ocasión (ver más detalles accediendo a esta galería de imágenes y ficha técnica oficial sobre estas líneas).

Su arquitectura se confía a un embrague multdisico Haldex de quinta generación que exige 0,7 l/100 km más de carburante que su equivalente de motor con tracción anterior, entre otros por un rozamiento superior y 124 kg extra.

Este León supone un extra de 1.780 euros sobre su homónimo de tracción delantera, pero no toca el gigantesco maletero: 587 litros de capacidad, 207 litros más que en el León de cinco puertas

, que escalan a 1.470 litros abatiendo los asientos traseros, cota que puede ser aún mayor recurriendo a la opción de respaldo de acompañante vencible hacia delante.

De paso, no impide llevar rueda de repuesto de tipo «galleta» y el habitáculo es tan capaz como en cualquier otro León (como en aquellos, el pasajero central trasero viaja estrecho). Por cierto, el maletero admite objetos voluminosos porque el habitáculo es bastante cúbico, aunque no el que más dentro de los modelos de este corte.

Cortinillas en las ventanillas traseras, barras exteriores portaequipajes, programador de velocidad activo (ACC), unos recomendables faros full LED opcionales y hasta suspensión activa DCC, con dirección progresiva, están al alcance del León ST 4Drive según acabados (los dos últimos en el nivel FR, el más deportivo de todos).

Además, con un desarrollo del cambio manual acortado (con este motor no lo hay auto secuencial, aunque el tacto del único disponible es muy bueno) acelera de 0 a 100 km/h en el tiempo del León ST de 150 CV estándar. Algo rumoroso en frío, este bloque de 340 Nm transmite un empuje estupendo, aunque viaje moderadamente cargado. Se siente solvente sin que el consumo se dispare por encima de 6,5 l/100 km, salvo que apostemos por ir muy rápidos.

Calidad

De lo que no hay duda es que se trata de uno de los modelos mejor concebidos para la conducción: posición de asientos y volante, junto a sus respectivos ajustes, permiten sentirse bien acomodado con independencia de tallas. Su interior, salvo por el tacto de algunos plásticos menos accesibles, rezuma calidad, ergonomía y buen hacer, con abundancia de material acolchado y un tacto preciso de cualquier mando.

El León ST es, de paso, un coche cómodo que transmite confianza. Pisa de cine, entra con decisión en los virajes y frena con tanta potencia como resistencia. Una ventaja de su tracción total 4Drive es la capacidad que despliega para asumir su abultado par máximo ante fuertes aceleraciones sin que pierda rueda (derrapaje), la dirección se descoloque o intervenga el control de tracción.

¿Es ésa la única razón de ser de su tracción integral? No, claro que no. Un modelo así se dirige, sobre todo, a clientes que circulan con asiduidad sobre firmes de agarre pobre, como vías mojadas e incluso nevadas. No es, como alguien pensará, un todocamino (que en cierto modo sí encarna su alternativa X-Perience), pero sin lugar a dudas nos acercará hasta esa casa rural separada por una pista embarrada del asfalto. También asegurará mayor capacidad de remolque cuando la cosa se ponga fea, como al tirar de una lancha desde la orilla de la playa, o si llega el momento de superar una rampa de garaje helada en invierno también podrá con ella de mejor modo.

Claro está, es más seguro cuando se va con «alegría» en tramos virados, pongamos que con la familia a cuestas. Versátil, capaz, cómodo pero siempre muy efectivo, rápido y eficiente... ¿Dónde están los «peros»? El León ST 4Drive es un automóvil al que cuesta «sacar punta». Es cierto que cuatro ocupantes viajan mejor que cinco en su interior, que no sale barato en esta configuración de motor y tracción o que no se puede pedir con transmisión automática. Pero si podemos asumir todo ello, que no quepa duda, nos sentaremos al volante de un coche que lo tiene todo.

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