Sin tiempo para descansar, el pelotón de Moto3 vuelve al tren del asfalto con los tres españoles liderando una semana más la clasificación. El que más preocupa es Luis Salom ahora que decidió el pasado lunes no operarse de la fractura de su pie izquierdo. Tras correr en Brno y una serie de revisiones médicas, acordó con su equipo que esperaría a que concluyera la carrera en tierras inglesas para decidir qué hacer. No quiere el mallorquín dejar escapar la exigua ventaja de que dispone sobre sus inmediatos perseguidores ahora que cada paso que da le otorga más confianza en sí mismo y las victorias llegan como lluvia en Gran Bretaña.
El mallorquín se lesionó mientras corría en la calificación previa del Gran Premio de Indianápolis. Pese a las secuelas que arrastra en el talón desde entonces y por las que está obligado a ir con muletas a todas partes, pudo conquistar una sexta posición en la prueba estadounidense y adjudicarse la victoria el pasado domingo en Brno. Ahora le toca defender una ventaja de 14 puntos sobre Maverick Viñales, su rival más fuerte en lo que resta de temporada. El tercero en discordia es Rins, al que le está costando aferrarse a los mejores últimamente. Los fallos cada vez cuestan más caros y eso bien lo sabe el catalán, ya que cada vez que se queda fuera del cajón los domingos ve cómo Salom y Viñales se alejan más de él. La sensación de derrota se amplía al grupo perseguidor, donde Folger, el único que parecía capaz de dar guerra a los españoles, está cada día que pasa más lejos de los objetivos marcados por su equipo. El alemán pierde competitividad a un ritmo desesperanzador. Lo que beneficia a unos, pero perjudica al espectáculo. El auténtico protagonista en la categoría del octavo de litro.
