Lo de Marc Márquez es un escándalo: no hay hazaña que se le resista. Con solo 19 años, un largo historial de proezas en su palmarés y el título de Moto2 ya en el bolsillo, el genio de Cervera escribió una de las páginas más bonitas de la historia del motociclismo reciente, logrando la victoria más bella de su precoz y exitosa carrera deportiva, y una de las más increíbles que se han visto en mucho años en los circuitos del mundial. Salía el último, cumpliendo sanción por su exceso de fogosidad en los primeros libres (tiró a Corsi), y se merendó a sus 32 compañeros de parrilla casi como si de estatuas se tratara. Márquez es de otro planeta, bastante lejano a Moto2, y a partir del martes veremos si encaja en la galaxia MotoGP, o su sitio está todavía más allá. Porque nunca, ni siquiera Valentino Rossi, había llegado a la clase reina desde las categorías inferiores exhibiendo una superioridad tan rotunda.

“El podio, tal vez… ganar lo veo casi imposible”, había dicho Marc el sábado por la tarde, después de los entrenamientos oficiales. Como se esperaba, el domingo amaneció lluvioso, y la pista estaba peligrosa, deslizante, a la hora fijada para el inicio de la carrera de Moto2. Marc en el final de la parrilla, con 32 pilotos por delante. Todo el mundo esperaba otra gran remontada del campeón, que parece disfrutar en ese tipo de situaciones: Portugal 2010 (se había caído en la vuelta de formación y ganó saliendo 16º), Australia 2011 (también último en parrilla por sanción, terminó tercero tras superar a 35 rivales), o Japón este mismo año, cuando se quedó clavado en la salida y también remontó hasta el triunfo. Pero en Cheste era más difícil, porque el asfalto estaba muy peligroso, y el circuito tiene menos puntos claro de adelantamiento. Y Márquez decidió, una vez más, superarse para asombrar a todo el mundo y regalar al público espectáculo, emoción y gloria.

Una primera vuelta de leyenda

Se apagó el semáforo, y Marc salió como un cohete: en la primera curva ya había adelantado a doce pilotos. Y en el primer paso por meta ya estaba 11º, habiendo superado en una sola vuelta a ¡23 rivales! Por delante, Nico Terol tomaba la delantera seguido por el ‘poleman’, Pol Espargaró, y con Corsi y Simón a la estela. El manchego, especialista en agua, decidió que era su día, y asaltó el sueño de Terol para marcharse en solitario, mientras Espargaró resbalaba intentando seguirles. Parecía que la victoria era suya, de ‘Julito’… pero por detrás venía ‘Supermárquez’. Tras su primera vuelta mágica, Marc se calmó un poco al verse en el centro del grupo, y empezó a estudiar más los adelantamientos, rodando un rato con los correosos Rea, Kallio y Aegerter, a quien sacó de pista en plena recta para superarle, único punto negro en la preciosa obra de arte que hizo el catalán. Ya estaba tercero, pero lejos de los dos primeros: Terol le sacaba más de dos segundos, y Simón nueve. Pero quedaba mucha carrera, ocho vueltas. “Me lo estaba pasando en grande, pilotando rápido y derrapando, y decidí intentar llegar delante aunque me costara una caída”. Ése es Marc Márquez, luchando por el título, o por la novena victoria del año. Cuando va en moto, es un caníbal.

Una vez más, Emilio Alzamora le pedía prudencia desde el muro… y como tantas otras veces, su pupilo hizo justo lo contrario, “Arriesgué al máximo, yendo al límite en cada vuelta”. Terol sucumbió enseguida, y a un ritmo un segundo por vuelta mejor que Simón, alcanzó a ‘Julito’ en la penúltima vuelta. El de Villacañas trató de presentar batalla, pero con Márquez no hay nada que hacer: le adelantó en la primera frenada de la última vuelta, y voló hacia la bandera de cuadros, ante el asombro y la admiración general. “Es fantástico terminar así mi trayectoria en Moto2, y ahora ya pienso en MotoGP, tengo muchas ganas y mucha curiosidad por probar la Honda el martes”.

Podio balsámico para Simón y Terol

La hazaña de Márquez eclipsó el carrerón de sus compañeros de podio, pero el cajón supo a gloria tanto a Julián Simón como a Nico Terol, dos pilotos que han tenido un año difícil y saborearon terminarlo con brillantez. “Pensaba que podía ganar, pero lo de Márquez es increíble, ya no basta ni con ponerle al fondo de la parrilla”, bromeaba Simón. Para el de Bocairent fue si cabe más especial. Hace un año ganaba el Mundial de 125cc, y esta vez lograba su primer podio en Moto2, en el circuito de casa donde recientemente han bautizado una curva con su nombre. “Es una gran inyección de moral de cara al futuro, y una recompensa para todo el equipo, este año hemos sufrido mucho”. Jordi Torres 6º, Pol Espargaró, 8º pese a la caída, Toni Elías 9º y Tito Rabat 10º también brillaron en la última carrera de Moto2 de 2012.