Pol Espargaró celebra su victoria./Albert Gea (Reuters)
Las gestas de Marc Márquez, que lidera con autoridad el Mundial de Moto2, están eclipsando de forma parcial la gran temporada de Pol Espargaró. Pero el piloto de Granollers no se da por vencido y reclama su bien merecida porción de gloria a la mínima oportunidad, erigiéndose en gran animador de un campeonato que, sin él, sería un paseo de Marc. Tras perder dos duelos en la última vuelta en Brno y Misano, el piloto de Pons Racing se tomó la revancha ganando de forma magistral la carrera de Motorland, que como todas las de Moto2 regaló espectáculo y emoción a raudales.
La batalla sin cuartel duró 18 vueltas, las que tardó Pol en ponerse al frente y abrir un margen de medio segundo que le permitió zafarse de los hachazos de última hora. Antes, Corsi, Iannone, Márquez, Corti, Zarco, Redding y el propio Pol protagonizaron otra de esas batallas a cara de perro, con adelantamientos por doquier y más de un toque de carenados para disfrute de los 44.000 espectadores que acudieron al circuito aragonés, y a todos los que lo vieron por la tele. Hubo hasta una frenada con Espargaró, Márquez y Iannone en paralelo, tratando de meter todos a la vez sus motos en una trazada donde sólo había espacio para uno. Precioso. El italiano se la lió a Márquez al final, disputándole la segunda plaza cada viraje como si fuera el último, mientras Pol fue esta vez el más listo de la clase y aprovechó que tenía vía libre para ganar.
El título de Marc debe esperar
«Ganar en casa siempre es muy emocionante», celebró Pol, que con el triunfo recortó puntos a Márquez y se resiste a tirar la toalla a pesar de que su desventaja es de 48 puntos con solo 100 en juego. «Quedan carreras y hasta que Marc no sea campeón matemáticamente lo intentaré al máximo. Dios quiera que no le pase nada pero esto es el Mundial, pueden suceder muchas cosas y si surge una oportunidad estaré preparado para aprovecharla». Lo que aseguró Espargaró con su victoria es que Marc no pueda sentenciar matemáticamente el campeonato en la próxima carrera, en Motegi.
El de Cervera valoró que la lucha con Iannone fue «divertida», aunque él quería irse con Pol, y que «los veinte puntos son buenos para el Mundial». El italiano fue duro en la pelea, pero al final le superó Redding, que se sumó a la fiesta en las últimas vueltas, y el tercer escalón del podium fue para el inglés. Entre los demás españoles de Moto2 el mejor fue Jordi Torres, que terminó octavo tras arrancar tímido y crecerse al final, y también puntuaron Tito Rabat (12º) y Nico Terol (13º). Axel Pons, Alex Mariñelarena, Julián Simón y Elena Rosell terminaron la carrera fuera de las posiciones que dan puntos.
