La reforma del local de José Abascal no cesa y las obras no paran ni en los festivos. La imagen es del día 8
La reforma del local de José Abascal no cesa y las obras no paran ni en los festivos. La imagen es del día 8 - isabel permuy

Un directivo del Barça compra la discoteca Moma y quiere reabrirla este mismo mes

Javier Bordas ultima la reforma, pese a la clausura del Ayuntamiento y las anomalías de su proyecto. El viernes presentó nueva documentación a nombre de otra sociedad

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Tiene nombre. Tiene dueño nuevo. Y mucha historia detrás. Salpicada por la polémica en muchas ocasiones, la discoteca Moma, situada en la calle de José Abascal (Chamberí), quiere volver a relucir en la noche madrileña con un lavado de cara.

El encargado de ello es un directivo del Fútbol Club Barcelona, Javier Bordas. Él, a través de la empresa Ocio Management S. L. adquirió el local que ahora reforma con el fin de abrirlo este mismo mes. El nombre que ha elegido es el de Opium, el mismo que el de la sociedad con la que quiere explotar el local y el de otra de las discotecas de su buque insignia de negocios de la noche que este empresario tienen en la Ciudad Condal.

Sin embargo, aunque la intención de Bordas es estrenar su negocio en Madrid antes de que diciembre y este año se despidan, el Ayuntamiento de Madrid no está dispuesto a que lo consiga. Y todo ello, por dos motivos.

El primero es que sobre la sala pesa una orden de clausura que expirará en diciembre de 2015 por quintuplicar el aforo en una celebración que realizaron sus antiguos dueños el 17 de noviembre de 2013 –había 1.510 personas en vez de 298–. Por ello, tras el desalojo del local por parte de la Policía Municipal, el consistorio, a través de la Agencia Municipal de Gestión de Licencias y Actividades (Agla), decidió imponer a Moma la máxima sanción al tratarse de una infracción muy grave: 24 meses de cierre y una multa de 300.506 euros.

De ahí que, a pesar del cambio en la propiedad, el establecimiento no pueda ejercer su actividad hasta el fin del precinto: el 18 de diciembre de 2015. Así se lo ha hecho saber el Ayuntamiento al directivo blaugrana.

A todo ello cabe añadir el segundo motivo para que no abra: las anomalías presentadas en el proyecto de Opium que provocaron el rechazo por parte de Agla en octubre pasado. Bordas se hizo con la propiedad del local el 2 de julio. La sociedad Wiseteam S. L., creada en marzo pasado, iba a gestionar el negocio. El cien por cien del capital (3.637 euros) estaba en manos de Ocio Management S. L., y Bordas figuraba, junto a la empresa matriz, como administrador solidario mientras que su hermano Ramón figuraba como representante.

Sin embargo, el 8 de octubre el Ayuntamiento calificó de «ineficaz la declaración responsable para implantar, modificar o ejercer actividades de Wisetean S. L., en el local por su inviabilidad urbanística». La razón para ello fue que «el aforo de la sala de fiestas está mal calculado», según ha podido saber ABC.

En el bajo de José Abascal 56 hay tres locales distintos independizados -café espectáculo, restaurante espectáculo y sala de fiestas-, de los cuales los dos primeros están comunicados por el interior. A todos se accede por un vestíbulo común. En las licencias primitivas -había tres- figuraba cada actividad (bar, cafetería, etc), con su distinto aforo. Sin embargo, «la nueva propiedad realiza una declaración responsable considerando el aforo como único». La solución que le ofreció el Ayuntamiento fue establecer el aforo total como la suma de los dos o, bien, independizar las actividades para lo que debían de presentarse tres declaraciones responsables.

Así lo hizo Bordas el pasado viernes, eso sí, a nombre de otra sociedad, Opium S. L., vinculada también a Ocio Management S. L., y con un capital de 3.000 euros. En ella figura la empresa matriz como administradora único y su hermano Ramón, como representante. Veremos cómo acaba este capítulo de Moma que terminó con la carrera de la juez Coro Cillán inhabilitada por el TSJM por prevaricación por precintarla. Pero esa es otra historia.

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