a la vanguardia sanitaria

Una década después, Vigo ya tiene hospital

El Álvaro Cunqueiro inicia su actividad con 25 pacientes citados a hemodiálisis

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Diez años después de que el hospital de Vigo se pusiera sobre la mesa del Ejecutivo autonómico, entonces en manos de Manuel Fraga, que fechaba la finalización de las obras en 2010, ha sido otro gobierno del mismo color político, el de Alberto Núñez Feijóo, el que le ha dado al Álvaro Cunqueiro el impulso definitivo. Una infraestructura de primer orden, a la vanguardia tecnológica, que nace —mañana abre sus puertas para los 25 primeros pacientes de hemodiálisis— equiparable a cualquiera de grandes capitales europeas.

Un moderno complejo desde el punto de vista arquitectónico (su diseño fue galardonado en el Design & Health Academy Awards 2012 con el premio en la categoría «Proyecto Sanitario del Futuro») y asistencial, para atender a la demanda de los 600.000 pacientes que integran el área metropolitana de Vigo, la más poblada de Galicia.

La mayor edificación sanitaria construida en España en época de crisis —280.000 metros cuadrados en la parroquia de Beade, justo en el límite con Valladares.—, con una capacidad de hospitalización de 1.465 camas, 32 quirófanos, una sala de fecundación in vitro, 12 unidades de partos, 2 quirófanos de urgencia y 5 salas especiales, 62 salas de diagnóstico por imagen y 160 consultas externas. Diseñado también para la docencia y la investigación biomédica.

Será el servicio de Nefrología el encargado de estrenar el centro, este mismo lunes con los 25 primeros pacientes de hemodiálisis (citados 13 por la mañana y 12 por la tarde, derivados del Meixoeiro) y junto a ellos 68 profesionales de Anatomía Patológica. El Álvaro Cunqueiro contará, además, con una unidad de Soporte Vital, que garantizará la atención urgente, y que completa a los servicios centrales que se han ido instalando durante este mes, tales como Medicina Preventiva-Unidad de Prevención de Riesgos Laborales, el Laboratorio de Respuesta Hospitalaria, Radiología, Farmacia, Admisión, Informática, Calidad, Información y Dirección.

Es la fase previa al traslado definitivo, que se extenderá hasta el próximo 4 de septiembre, fecha en la que está prevista la unificación de los servicios de Urgencias de los hospitales actuales de Vigo, el del Hospital Xeral —cesará un día antes toda actividad de hospitalización— y el Meixoeiro.

De este modo, tras la Unidad de Hemodiálisis, se procederá al traslado de las consultas externas de Obstetricia, Pediatría y Cirugía General y Digestiva, entre el 6 y el 13 de julio. Le seguirán los gabinetes de exploración y hospitales de día de especialidades como Oncología y Hematología, que iniciarán su actividad entre el 3 y el 18 de agosto. La primera hospitalización está programada para la semana del 24 al 28 del próximo mes y, en paralelo, la apertura de las Unidades de Medicina Intensiva y el Banco de Sangre. Será el 31 cuando se realice la primera intervención quirúrgica y se abra Reanimación y Despertar y parte del servicio de Anestesiología.

Reordenación sanitaria

Una reordenación en la que no cabe la improvisación, medida al detalle se hará de mayor a menor complejidad, «priorizando la seguridad de pacientes y profesionales», en palabras del gerente del Chuvi, Félix Ruibal. Unos 6.700 profesionales se verán afectados de forma directa o indirecta en este tiempo.

La puesta en marcha de este complejo lleva a su vez asociado un plan de reordenación del área asistencial de Vigo que concentra en el Álvaro Cunqueiro los procesos de mayor complejidad, así vertebrará toda la asistencia materno-infantil y las Urgencias. Al Meixoeiro —donde están previstas obras de mejora por valor de 500.000 euros— corresponderá una intensa actividad ambulatoria, tanto en consultas como en cirugía de corta estancia, y la atención hospitalaria a pacientes crónicos reagudizados. Dispondrá de una gran infraestructura tecnológica en relación al desarrollo de la oncología radioterapéutica, medicina nuclear y laboratorio central.

Por su parte, el Nicolás Peña albergará la rehabilitación psiquiátrica así como la atención ambulatoria de esta especialidad, mientras que el Xeral mantendrá la Unidad de Reproducción Asistida y Rehabilitación y asumirá la actividad del PAC de Vigo, el Centro de Orientación Familiar y el Centro de Salud de la calle Bolivia. Se cerrará el Cíes, el Rebullón y otros dos centros de especialidades de Coia y la Doblada.

Diez años de obstáculos

El proyecto funcional del que sería el cuarto hospital de Vigo se publicaba en el Diario Oficial de Galicia (DOG) en el mes de julio de 2005. Semanas más tarde, Emilio Pérez Touriño, en la que era su primera visita a Vigo como presidente de la Xunta, asumía el proyecto como propio. A su lado, la titular de Sanidade, María José Rubio, anunciaba su inminente concurso público. En 2006 llegaría el convenio firmado entre la entonces alcaldesa del PP vigués, Corina Porro, con la conselleiras Rubio y Caride (PSOE), por el que el Concello asumía los servicios al nuevo hospital (telefonía, agua, saneamiento, electricidad) y la Xunta su construcción.

Aparcado el proyecto por el bipartito tras años de compromisos que nunca llegaron a materializarse, el gobierno de Feijóo lo retomaba en 2011 y no sin pocos obstáculos. El primero el del regidor socialista, Abel Caballero, al que no le gustó la fórmula de colaboración público-privada elegida para su financiación —la única que garantizaba su construcción— iniciando una guerra sin cuartel contra la infraestructura, protagonizando manifestaciones contra el hospital y negándose a cumplir la parte del convenio que le correspondía y de la que finalmente se ha hecho cargo la Zona Franca. Pese a los atrancos, el Álvaro Cunqueiro abre mañana sus puertas con el gobierno local de espaldas.

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