Caso Sonia Iglesias: Cinco años de incógnitas a punto de archivarse

Sonia Iglesias desapareció el 18 de agosto de 2010. Su pista se perdió de camino a una zapatería del centro de Pontevedra y desde entonces todo han sido incógnitas en uno de los casos más misteriosos de la crónica negra gallega. Los investigadores nunca llegaron a encontrar el hilo del que tirar para aclarar esta desaparición, que desde el primer momento generó en la ciudad una oleada de solidaridad y apoyo a la familia. Durante meses, amigos y vecinos salieron a las calles reclamando la vuelta de Sonia, pero ninguna pista ayudó a revelar qué sucedió aquella mañana.

El único paso adelante en el caso se dio con la imputación de la pareja sentimental de la desaparecida, Julio Aráujo, contra el que nunca se encontraron pruebas de cargo.

Este viernes, las magistradas de la Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra decidirán si la causa se archiva finalmente o si tienen en cuenta los recursos de apelación presentados contra este archivo. El motivo de esta urgencia en resolver el asunto responde a un traslado de la ponente a Vigo. También están sobre la mesa otras cuestiones a resolver, como la de someter a Araújo al test de la verdad, para lo que él tendría que dar su consentimiento.

La acusación popular personada por los padres y la hermana de Sonia pide la apertura de juicio oral al entender que existen pruebas indiciarias suficientes para juzgar a Araújo. Una apreciación que contradice el auto de Instrucción del Juzgado Número 3, que señala que el material probatorio es «débil y contradictorio» y que carece de fuerza suficiente de cara a un juicio.