Martiño Noriega, candidato de Compostela Aberta, en su intervención de este jueves
Martiño Noriega, candidato de Compostela Aberta, en su intervención de este jueves - Miguel Muñiz

Martiño Noriega se presenta como el candidato de «las sonrisas»

El alcalde de Teo modula el rupturismo como candidato en Santiago para poner en marcha «una propuesta porosa»

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Las sucesivas comparecencias de los candidatos a la alcaldía de Santiago dejan en evidencia la fragilidad de las candidaturas de izquierda. La última de ella ha sido la del candidato de la plataforma ciudadana Compostela Aberta, Martiño Noriega. Aunque el formato elegido fue el del clásico desayuno informativo en el Hostal de los Reyes Católicos se echó en falta a nombres propios de la vida local y económica de la ciudad. Tampoco hicieron acto de presencia los líderes de la coalición AGE, ni tan siquiera el candidato del PSdeG, Francisco Reyes, que si participó con pregunta incluida, en el desayuno del alcalde Hernández del PP.

La presentación de Noriega vino de la mano del empresario Marcial Castro. Tras desvelar que el alcaldable escribe poesía con pseudónimo y glosar su activismo universitario cedió la palabra al ponente.

Noriega comenzó su intervención recordando por enésima vez «la crisis del sistema» y se comprometió a dar un impulso a Compostela de la mano del «activismo cultural». También aseguró que va fomentar la «coparticipación de la ciudadanía en un correlato». El candidato rupturista justificó la necesidad de un cambio de mayoría en el ayuntamiento compostelano basándose en que «tenemos sonrisas e iniciativas».

Noriega no dedicó demasiado tiempo a las propuestas concretas. Eso sí mostró la ambición de que «el aeropuerto de Santiago sea como el de Bilbao o Barcelona» y aseguró que mantendrá con «la Iglesia una relación porosa». Su exposición plagada de símbolos sirvió para ratificar que tiene «buena relación con todos» y se citó específicamente a «anarquistas, comunistas, socialistas e independentistas».

Los símbolos

Vigilado atentamente por distintas Infantas de la Casa de Austria, inmortalizadas en cuadros de hermosa factura, el candidato se despojó de su gorra y pronunció su discurso de manera suave y con cadencia. Las críticas al sistema fueron disimuladas, mientras los invitados asistentes se planteaban preguntas sobre su actitud o su hipotética presencia en actos como la Ofrenda Nacional al Apóstol.

Y es que convertir la anécdota en categoría se ha convertido en una costumbre en las presentaciones de algunos candidatos. Durante la presentación de Paco Reyes por el PSdeG este miércoles se habló más de la trasnochada escarapela republicana de algún candidato que de la fuerza de la propuesta socialista. Y es que al final los votantes de la izquierda se ven obligados a recurrir a la nostalgia para ser conscientes que en un pasado no tan lejano la rotundidad y las ideas de sus candidatos evitaban rupturas y símbolos en los que la mayoría social no se reconoce.

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