José Manuel Fernández Alvariño, en un momento de la entrevista con ABC
José Manuel Fernández Alvariño, en un momento de la entrevista con ABC - MIGUEL MUÑIZ
Entrevista | presidente de la ceg

Fernández Alvariño: «A mí siempre se me tacha de ser optimista, pero la economía es optimismo»

«Creemos que hay margen para crecer por encima de las previsiones de la Xunta, que habla de un 2 por ciento en 2015»

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Fernández Alvariño echa la vista atrás con cierto vértigo, el que le provoca la instantánea de hace 20 años con respecto a la actual. Anota, «siempre en positivo». Con mayor sosiego mira al futuro, un futuro no muy lejano en el que ya se ve apartado de la vida institucional, rodeado de su familia y dedicado por completo a sus empresas, en las que no cabe la palabra jubilación.

—A punto de cumplir dos años al frente de la patronal ¿Qué balance hace?

—Un balance tremendamente positivo porque las potencialidades del empresario gallego en la Comunidad son importantísimas. Primero porque desde la propia Xunta de Galicia se ha implementado un plan industrial año 20 y, segundo, porque los procesos de internacionalización han permitido que la pequeña y mediana empresa haya perdido el miedo a salir, especialmente cuando el mercado interno del consumo está totalmente paralizado.

Independientemente de todo esto, en la CEG me he encontrado con un equipo humano excelente y el apoyo total de las provinciales y las sectoriales. Esto no significa que no haya debate interno y discrepancias puntuales inherentes al movimiento empresarial, pero mi mensaje de unión ha calado.

—Habla de unión, pero no lo ha conseguido con La Coruña y ha perdido el apoyo de la provincial de Lugo.

—En absoluto. Estas son noticias que no corresponden a la verdad. En La Coruña hay un acercamiento profundo, al margen de alguna cuestión de carácter meramente personal. Encuentro en el presidente coruñés una mayor colaboración. Y respecto a la pérdida del apoyo de Lugo es absolutamente incierto.

—¿No le están echando un pulso?

—En ningún caso.

—La alianza Coruña-Lugo le tumbó los balances de 2013 y 2014 y las cuentas de este año no pintan mejor

—La presentación de los presupuestos de 2014 estaba prevista para septiembre y a mí esto no me parece lo más correcto, la intención es presentarlos en el primer trimestre de este año, con el ejercicio cerrado. Estatutariamente no hay obligación de presentar las cuentas, si bien en aras de la transparencia, de la que soy un firme defensor, entiendo que hay que hacerlo. Para ello hemos creado una Comisión de Economía, integrada por dos representantes de cada provincia, que deberá decidir sobre qué CEG queremos. La propuesta es clara hacía un adelgazamiento del protagonismo de la patronal gallega en favor de las provinciales y sectoriales, y con este mismo propósito se presentarán los presupuestos del año 15.

—Le censuran que haya contratado en la CEG a empresas de su propiedad, el servicio de coche oficial y la aseguradora. ¿Tiene sentido exponerse así?

«Cualquier oferta que suponga un ahorro es mi obligación aceptarla»

—Tengo la suerte de estar al frente de un pequeño y humilde grupo de empresas, heredado del buen hacer de mi padre. Se habla de autocontratación que pasa por un comité ejecutivo y que aprueba una propuesta que significa un importante ahorro para la CEG. Cualquier oferta que suponga un ahorro es mi obligación como presidente aceptarla. Que coincide con una de mis empresas, yo no voy a sujetarme a que se me autoexcluya. Por supuesto yo vivo de mis empresas, no tenemos sueldo en la CEG. En el famoso coche del presidente se ha conseguido un importante ahorro respecto a lo que se venía pagando, e indudablemente el conductor debe ser de la más estricta confianza del presidente, pues escucha conversaciones confidenciales.

—Recibió también críticas por que fuera la Tesorería la encargada de elaborar unas cuentas que correspondían a la Comisión de Economía, ¿a qué se debió este cambio? Este último organismo lo impulsó usted mismo. ¿Se auditaron?

—No, no. Esto no es así. Precisamente la presidencia de la Comisión de Economía le correspondía al antiguo presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra, Luis Novoa, y como tal tenía que haber convocado la mesa. No sé si tuvo algo que ver en la dilación la convocatoria de elecciones en la patronal pontevedresa, pero en todo caso mi intención es presentar las cuentas, que claro que están auditadas, en el primer trimestre del año.

—¿Funcionó la Red Pexga? Se criticaba que la Xunta financiara a la CEG sin condiciones.

—Ahora funciona, con la nueva filosofía implantada. Se contrata a despachos profesionales y cada seis meses nos autoexaminamos o examinamos el servicio. Si no funciona, se cambia. Vamos a abrir nuevas oficinas, porque así se nos está demandado. Argelia es ahora el objetivo y se lo presentaremos a la Xunta, que desde el primer momento ha demostrado su sensibilidad con la internacionalización de las empresas.

—¿Por qué decidió no reclamar, tal y como le solicitaba la patronal coruñesa, las facturas pendientes al Igape?

—Yo no voy a emprender una demanda contra la Xunta que pone en juego un proyecto de inversiones para la CEG, para Galicia y para el conjunto de los empresarios, que son mi gran preocupación. Se rechazó por mayoría.

—Se jugaba mucho con las elecciones de la CEP. Con Cebreiros se garantiza el respaldo de los presupuestos, será el máximo responsable de la comisión que elabora las cuentas.

«A Cebreiros, guste o no, lo han elegido los empresarios de la provincia de Pontevedra»

—No, por Dios. Yo no me jugaba nada. Había dos candidatos y ganó Jorge Cebreiros, nuevo presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra. Como empresarios tomamos decisiones todos los días y nadie necesita muletas. Una cosa son los consejos y otra bien distinta las imposiciones. A Cebreiros, guste o no guste, le han elegido los empresarios de la provincia.

—Le han identificado como una de las «manos negras» que supuestamente están detrás de un proceso que se ha calificado de irregular. ¿Hubo pucherazo? ¿Qué salida le ve a un conflicto que ha enfilado los juzgados?

—No hubo injerencia alguna, ni por parte de la CEOE ni por parte del CEG, esto es rotundamente falso. Ahora bien, no le voy a negar que estamos preocupados por cómo se están desarrollando las cosas. De las nueve asociaciones que denunciaron un presunto fraude ya solo quedan dos o tres. Sus motivos tendrán para seguir. Sin ánimo de querer entrar en la polémica, lo que están haciendo es un daño tremendo, no solo a la provincia de Pontevedra, sino a la figura del empresario.

—Se habla de incumplimientos en la delegación de voto, representantes que abandonan antes de ejercer su derecho de sufragio… ¿Entiende las dudas generadas?

—No, en absoluto. Hubo un proceso reglado, con una mesa electoral, de la que se está cuestionando a su presidente, al secretario y al notario.

—De coacciones entonces ni hablamos

—Hombre, por favor. No sé qué buscan...

—La polémica salpica a otro de los hombres de su confianza. Le habló de José García Costas, presidente de la Cámara de Comercio de Vigo, expulsado de la directiva de Asime.

—José García Costas es mi amigo, un empresario relevante, presidente de la Cámara de Comercio de Vigo, de las cámaras gallegas y de uno de los mayores astilleros españoles. Allá cada uno con sus acciones. No voy a entrar a valorar lo que hagan los demás. García Costas tiene entidad per se.

—De nuevo mejora las previsiones de crecimiento de la Xunta para 2015. ¿No es demasiado optimista?

«Hasta ahora me he quivocado muy poco en las previsiones económicas»

—A mí siempre se me ha tachado de ser optimista, pero la economía es optimismo. Cuando decíamos (desde la CEOE) que la economía española crecería en torno a un 1,4% no nos creían, y las cifras están ahí. Nuestra previsión para el 2015 es del 2,8. En Galicia la Xunta habla de un 2% que nosotros creemos que será superior. Nos apoyamos en un plan industrial muy consensuado por la Xunta, un plan de externacionalización muy importante, una apuesta clara por la innovación, el relanzamiento del naval, el afianzamiento de la automoción, una masa forestal con mucho peso y un liderazgo indiscutible en pesca. Creemos que hay margen para crecer por encima de las previsiones del gobierno gallego.

—No es el único optimista, Abanca apunta a un crecimiento del PIB del 2,5 por ciento y una bajada del paro al 19,3, ¿coincide con sus estimaciones?

—Coincido totalmente con Abanca. Hasta ahora me he equivocado muy poco en las previsiones de crecimiento.

—Feijóo reconoció que con el dato de 2014 se falló en la industria, fundamentalmente en el comportamiento del naval, la automoción y la producción energética, ¿lo comparte?

—Por eso cuando se nos presentó el plan industrial año 20 lo aplaudimos, porque fija su objetivo en una Galicia industrial, turística, una Galicia de mar.

—¿Será este el año del despegue del naval? Parece que al sector en Galicia le está costando remontar

—Le está costando, pero hay razones que invitan al optimismo, contratos firmados, posibilidades de contratación como en el caso de Barreras en Argelia. Estamos hablando de un pedido de 120 millones al margen de Pemex. Sí, va a despegar.

—¿Funciona el nuevo tax lease?

—Está funcionando mejor en otras autonomías, en Galicia se está haciendo de rogar, pero creo que sí.

—Energías Renovables. ¿Se murió la gallina de los huevos de oro incluso antes de nacer?

—No se murió, alguien la mató. Por eso está recurrido el nuevo sistema de primas. Quien invirtió en energías renovables lo hizo por el Boletín Oficial del Estado, que garantizaba una prima. La Administración ya puede empezar a aprovisionar para hacer frente a las sentencias condenatorias que le van a caer.

—Entonces, ¿ha llegado o no la recuperación económica?

—Se ha frenado la caída, pero hay mucho que trabajar. La deuda pública es muy alta en España, en Galicia estamos mejor, por eso tenemos más capacidad de crédito, y lo que toca ahora es una reducción de los gastos públicos en la Administración.

—¿La está notando el ciudadano?

—No, pero es muy importante que las cifras macroeconómicas apunten en esa dirección. Creemos que este año habrá una recuperación del consumo interno, sobre todo a finales del último semestre.

—¿Hay que flexibilizar el mercado laboral para que en España se pierda el miedo a contratar? Así lo aseguró su homólogo en la patronal madrileña.

—Suscribo e insisto en que no hay mejor política social que crear puestos de trabajo y esto solo se puede hacer creando empresas.

—¿Es preciso profundizar aún más en la reforma laboral?

—Por supuesto. Si queremos mayor competitividad tenemos que buscar fórmulas imaginativas entre el gobierno, los empresarios y los sindicatos.

—Hay quien opina que se está ganando en competitividad a costa de salarios bajos y trabajo en precario

—En absoluto. Perdemos competitividad con 4 millones de parados. Yo no pongo apellidos a los contratos, lo importante es que se contrate.

—¿Qué opina de la reforma fiscal? ¿Hay margen para seguir bajando los impuestos?

—Sí que hay margen. Hay autonomías que lo han hecho con muy buenos resultados. Entiendo que en una buena administración de la Administración hay margen para bajar los impuestos y así se crearán más puestos de trabajo, que haya más inversión y más empresas.

—¿Hemos aprendido de los errores que nos condujeron a la crisis?

«Aún se nota el miedo a invertir. La crisis ha sido durísima»

—Esperemos que sí. Yo creo que sí. Ha sido una crisis durísima de la que hemos salido escaldados, aún se nota el miedo, pese a que hay proyectos de inversiones y que el dinero es baratísimo y va haber una cierta estabilidad en el tipo de interés. Por tanto, es el momento de hacer inversiones, pero nos lo pensamos más que antes.

—¿Cómo ve el futuro de Galicia?

—Galicia es un diamante. Precisamente ayer (por el viernes) hablaba con el Rey de las potencialidades de Galicia a todos los niveles, y es que lo tenemos todo, pero sobretodo magníficos empresarios que serán los que consigan relanzar a la Comunidad, porque se avecina un futuro magnífico. Problemas, inestabilidad política. Los empresarios necesitamos mucha estabilidad.

—Me habla de su encuentro con el Rey, ¿qué impresión le causó?

—Excelente. Le vi muy asentado, con un gran conocimiento de los empresarios y de la industria. Creo que la imagen de la monarquía ha salido reforzada.

—¿Está mal visto en España ser empresario y ganar dinero?

—Estaba mal visto. Hoy los ciudadanos ya no perciben a los empresarios como el enemigo. El dibujo del empresario con el puro y la chistera ya no aparece. La sociedad civil entiende que la figura del empresario es muy importante para la economía y da estabilidad. El objetivo primero del empresario es la contratación, así es para la CEG, las provinciales y las sectoriales gallegas.

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