Si me enfado me voy

La militancia del Bloc habló, alto y claro, y dijo que de eso de ir de la mano del “coletas” a las elecciones generales res de res… Después de una larga travesía en el desierto político, desde la extinta UPV de Pere Mayor, y también de Enric Morera, a ahora que rascan “bola” política no es momento de que les mezca la cuna un progre de Madrid, que de nacionalista lo que viene siendo de nacionalista tiene poco.

Compromís siempre se ha vendido como una cooperativa política, donde el el Bloc tenía la fuerza de su implantación municipal, Iniciativa tenía la fuerza mediática con la que han jugado siempre Oltra y Mollà para paliar su debilidad estructural como partido y Els Verds, que siempre le dan ese toque naif cuando quieres ofrecer un proyecto progresista, nacionalista y ecologista.

Muchos “istas” veo yo.

Morera ha perdido desde hace tiempo el liderazgo y el protagonismo en el “puritano” Bloc. El jugó más a ceder protagonismo a Oltra, un rodillo mediático, la pasada legislatura y en la presente está acomodado en el cargo institucional, y muy bien pagado, presidencia de Les Corts, repartiendo móviles e ipads a sus señorías.

A Oltra, que eso del nacionalismo o el valencianismo, bien no le gusta, bien le viene pequeño si que ha apostado por ir de la mano con Podemos a las elecciones generales. Ha comentado que la decisión de ir o no conjuntamente la decidirá todo Compromís, (Iniciativa, Verds, Gent de Compromís), no solo el Bloc, aunque ellos representen el 45%. Además se pegó el vacile de decir que Compromís continuará aunque a las generales cada facción que la componen se presente por separado. Quién no lo entienda como una amenaza velada que me lo explique por favor.

Ese juego de Oltra no es nuevo, queridos lectores, ella muestra un ego tan grande que si las cosas no sales tal como desea, no le duelen prendas cambiar el tablero de la partida. Lo hizo con Izquierda Unida creando Iniciativa y ya amenazó a Morera si no era ella la cabeza de lista a les Corts en mayo de 2015. Ahora las amenazas vuelven a repetirse.

Esa cooperativa que se llama Compromís durará mientras los números políticos y los intereses propios duren si no el castillo de naipes irá perdiendo cartas, al tiempo.