El pacto de la gallina

Dice el presidente de AVE que su organización propiciará los pactos políticos después de las autonómicas en caso de que estos sean necesarios. Vale. Lo segundo, seguro. Lo primero.. qué sé yo. Un pelín pretencioso ¿no?

Los pactos, efectivamente, se propician. Pero esa labor de conseguidor no se publicita previamente. Y, la verdad, tampoco posteriormente. Lo normal es esperar a que la historia acabe dando a cada uno su papel. Pero decir de antemano que “yo me ocuparé ante este escenario de ingobernabilidad de que haya un pacto entre los partidos para el bien de los valencianos” es, pues eso, un pelín pretencioso.

Después de las elecciones todo parece indicar que van a ser necesarios pactos. Y serán los políticos los que se tengan que ocupar de alcanzarlos

. Es su obligación. Y si no lo logran habrá que ver cuál es la solución. Tal vez pase porque los empresarios tengan un papel estelar o porque lo tengan las asociaciones de vecinos. Pero ese papel ni se pide ni se anuncia. Se interpreta.

Es cierto que en el 95 fueron los empresarios los que facilitaron el famoso pacto del pollo que desalojó a la izquierda del gobierno autonómico y propició que le partido más votado, el PP, iniciará la acción de gobierno autonómico que ha llegado hasta nuestros días, pero eso no da patente de corso para repetir en 2015. Y, además, debería advertirnos de cuál es su objetivo: ¿Desalojar al que está en el poder o ocuparse de que gobierne el más votado?

El empresariado establece siempre una barrera entre lo público y lo privado que pide que se respete escrupulosamente cuando se trata de actuar desde lo público sobre lo privado. Sin embargo es más laxo cuando la acción va en sentido contrario: desde lo privado hacia lo público.

Y sobre todo a la hora de hacerlo desde grupos de presión. Al fin y al cabo, el presidente de AVE ha defendido en varias ocasiones la necesidad de un partido valencianista que defienda los intereses de la tierra. Sin embargo, no conozco yo que haya puesto en marcha iniciativa alguna en ese sentido. Si lo hubiera hecho, sería una fórmula perfecta para intervenir en la vida política. Si lo que hace es influir desde su lobby me temo que está utilizando un atajo. En fin, me conformaré con que no le salga el pacto de la gallina.