Fely Campo: «Me encanta el estilo de Maribel Verdú»

A la diseñadora salmantina Fely Campo la vida profesional le sonríe. Acaba de presentar por primera vez su última colección en Londres y el pasado viernes recibía el Dedal de Oro -distinción que cada año se entrega a personalidades del mundo de la moda-, una galardón que valora por el reconocimiento que supone de su trabajo, aunque insiste en que «lo importante es que compren mis colecciones y se las pongan mujeres reales de la calle».

Comenzó hace ya muchos años en este mundo «por casualidad». «Tras un fracaso escolar, mi madre, muy inteligente y austera, como castigo me metió un verano en un taller de confección». Recuerda que al principio no le entusiasmó, pero poco a poco le fue cogiendo el gustillo.

«Ya con 14 años me hice mi primer vestido y fue ahí cuando realmente me enganché». Fue entonces cuando se dio cuenta de que «con un poco de tela» podía romper con el aspecto «uniformado» de las jóvenes de entonces.

De Salamanca al mundo

Londres es el último mercado en el que se ha abierto camino la diseñadora salmantina, que lleva presentando colecciones durante ocho años en Barcelona y estos últimos tres tanto en Milán como en Moscú. Y todo parte de sus talleres en Valladolid y Salamanca. «Desde luego que es más díficil y más lento el proceso de salir de una ciudad de provincia, pero yo como soy una apasionada de la moda, siempre he ido a mi ritmo. Hoy la moda está tan globalizada que la puedes hacer desde cualquier rincón para el resto del mundo».

Ahora, cumplido su sueño de presentar colección en Londres, la idea es «asentarme y mantenerme». Siempre guiada por las mismas premisas en el patronaje: «Que el vestido sea importante cuando alguien se lo pone y no colgado en la percha», apunta esta creadora especializada en moda nupcial y de fiesta.

Nunca se ha planteado a quien le gustaría vestir. «Me gusta casi cualquier mujer. He trabajado mucho a medida y me encanta el reto de la mujer de la calle», señala, aunque si tuviera que elegir un estilismo lo tiene claro: «Me encanta Maribel Verdú». También tiene claro que daría bastantes «toques de atención» a muchos personajes públicos: «Hay mucha tendencia a enseñarlo todo y lo femenino es insinuar, no enseñar. Así se pierde mucha elegancia».