Pello Bilbao y el Caja Rural dominan y se llevan la victoria y el liderato de la Vuelta a Castilla y León

El final se podía intuir. Aunque con cromos cambiados. No es que Pello Bilbao sorprendiera. Es un corredor con una buena punta de velocidad al que le van los finales exigentes, esos que no son de velocista puro. Sin embargo, todos los dedos apuntaban al burgalés Carlos Barbero como uno de los favoritos para hacerse con la victoria en Alba de Tormes. Pero fue Bilbao el que hizo bueno el trabajo del Caja Rural y así estrenar al equipo que dirige Goikoetxea, que copó además los podios de mejor castellano y leonés con Barbero, que hizo tercero, y el de la montaña con el portugués José Gonçalves.

La carrera, que arrancó de Ávila en una etapa que hacía un guiño al V Centenario del nacimiento de Santa Teresa, salió nerviosa.

Tampoco se esperaba otra cosa. Todo el mundo buscaba la escapada. Figurar, dejarse ver, soñar con la sorpresa. Belda -último vencedor de la ronda autonómica- ha abierto tantos caminos como esperanzas y los modestos sueñan con lo más alto. Movistar, Caja Rural y Europcar dejaban hacer. Sabía que su momento llegaría, pero más tarde.

El terreno era propicio para buscar la fuga. 'De pito' Navalmoral. Puerto tendido pero que abrasa las piernas. Se subió rápido, con numerosos intentos. Colombia lo intentaba una vez sí otra también, Caja Rural, siempre atento, intentaba meter a algún corredor en el corte bueno. Eran demasiadas las ganas, casi tantas como la velocidad de cabeza de pelotón, que no dejaba coger tiempo a nadie.

Empezaba la carrera de los nervios. Por detrás nadie tiraba y la ventaja se disparaba. Entre tanto, los tres grandes Movistar, Caja Rural y Europcar jugaban al póker. El que se pusiera más nervioso iba a ser el que tuviera más desgaste. Efapel asomaba la cabeza. Efecto óptico. Tranquilidad pese a que el reloj se había disparado ya cerca de los ocho minutos.

Mientras el pelotón estaba en sus cosas, por delante Jurado, un joven manchego que llegó a ser campeón de España contra el crono en sub'23, pero que no ha acabado de rematar en aficionados, volvía a dar muestra de su talento al coronar los dos siguientes puertos (Menga y Villatoro) en primera posición. A pesar de eso, no pudo subir a por el beso de las azafatas ya que la mayor entidad del puerto de Navalmoral daba el liderato al portugués del Caja Rural, Gonçalves, eso sí empatado a seis puntos con el manchego.

Caja Rural y Europcar colaboraban, aunque dejaban todo el peso al equipo que en Castilla y León dirige Chente García Costa. La fuga murió, quizá, demasiado pronto. A falta de 25 kilómetros. Poco después se producía una caída que dejaba fuera de combate al alemán Stritzinger (Rad-Net Rose Team), que tuvo que ser evacuado.

La velocidad del pelotón y la presencia del aire hizo que el grupo se cortara y llegara al último kilómetro no más de 30 unidades. Todo se iba a decidir al esprint en una llegada con trampa. Primero, porque una curva cerrada a un kilómetro de meta iba a dejar sin opciones a más de uno. Y segundo, porque no era una llegada para velocistas puros y sí para corredores potentes.

El Caja jugaba con la baza de Barbero, pero fue Peillo Bilbao el que en un último golpe de riñón superaba en la línea de meta de Alba de Tormes a Enrique Sanz (Movistar) y al burgalés, que se hacía, de esta manera, con el maillot de primer castellano y leonés de la prueba.

Mañana se disputará la segunda etapa, entre la localidad portuguesa de Guarda y Fuentes de Oñoro con 208 kilómetros y los puertos de Penhas Douradas y el Alto Da Torre.