Montserrat y Triana -madre e hija-, meses antes de que se cometiera el asesinato de Carrasco
Montserrat y Triana -madre e hija-, meses antes de que se cometiera el asesinato de Carrasco - abc
crimen de carrasco

La defensa ve a Triana inocente y quiere que Montserrat sólo cumpla ocho años de cárcel

Admite que la madre asesinó a la expresidenta, pero pretende probar que sufría «un trastorno mental»

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Libre absolución para una y ocho años y medio de prisión para la otra. Ese es el objetivo fijado por la defensa de Triana Martínez y Montserrat González, encarceladas por el crimen de la presidenta de la Diputación provincial del PP el pasado 12 de mayo. Así consta en los escritos de defensa entregados a última hora de la mañana de ayer en el Juzgado de Instrucción número 4 de León, en los que -a lo largo de 50 páginas en cada caso- se expone cómo pudieron suceder los hechos, las circunstancias previas al crimen de Isabel Carrasco o el listado (extenso y detallado) de pruebas y testigos que consideran pertinente tener en cuenta para reforzar su argumentación.

A este medio centenar de folios se une una veintena más correspondiente a un informe pericial médico (individual) que resulta clave para determinar el grado de imputabilidad de madre e hija en lo ocurrido y en el que también se apoya la defensa a la hora de lanzar sus peticiones, que pasan por la libre absolución para Triana Martínez, en cuyos actos reconoce, no obstante, un «encubrimiento impune» (libre de pena por considerar que intervino en los hechos como encubridora de su madre, a quien le une una relación de afectividad) y, por último, su exención de responsabilidad civil por lo ocurrido.

Por su parte, en el caso de Montserrat González -ella misma confesó ser quien ejecutó los disparos que acabaron con la vida de Isabel Carrasco- se acepta que es la autora de un delito de asesinato y otro de tenencia ilícita de armas en los que existe una circunstancia «eximente incompleta» de «trastorno mental». Teniendo esto en cuenta, estiman que la pena que le corresponde es de siete años, seis meses y un día de prisión por el primero (además de la prohibición de aproximarse a la hija de la víctima, Loreto Rodríguez Carrasco, o a su compañero sentimental, Jesús López-Brea, durante 25 años) y de un año más por el segundo, sumando así una condena total de ocho años y medio de cárcel.

Autora confesa

Con estas conclusiones, la defensa muestra su clara estrategia de «cargar» con el crimen a la madre (rebajando su pena al aludir a un «trastorno mental» como circunstancia atenuante) y exculpar por completo a la hija. Una intención que las dos imputadas mostraron desde el principio y que así consta en varios momentos del sumario. Como ejemplo, Montserrat aseguró haberse confesado autora del crimen en comisaría al prometerle los agentes -según ella mismo indicó- que la ayudarían para que su hija pudiera ser puesta en libertad y defendió siempre la inocencia de ésta. Del mismo modo, en sus declaraciones en el Juzgado y ante la Policía, Triana señaló no conocer las intenciones de su madre; no haber visto nunca el revólver con el que se efectuaron los disparos -ni el arma encontrada durante el registro de su domicilio-; ni haber sido partícipe de ningún plan premeditado para asesinar a Carrasco.

Cabe señalar, por otra parte, que las peticiones de la defensa de Montserrat y Triana (las últimas en ser entregadas al Juzgado) distan mucho de la del fiscal o de las que establecen las acusaciones particulares (la de la hija y pareja sentimental de Carrasco y la del Partido Popular), que coinciden a la hora de reclamar 23 años de prisión para las imputadas por el crimen a razón de 20 años por asesinato en el que concurre un delito de atentado y la circunstancia agravante de disfraz y tres más por tenencia ilícita de armas. Una solicitud que no sólo afecta a madre e hija, sino que también se extiende a la agente de la Policía Local Raquel Gago, quién guardó el arma del crimen durante 30 horas y que es la única de las tres imputadas que se encuentra actualmente en libertad provisional (desde finales de enero).

Las acusaciones consideran a las tres culpables por igual en el crimen (el fiscal destacó que Gago «conoció los propósitos homicidas de las otras dos acusadas y colaboró en ellos por amistad hacia Triana», apuntando a la existencia de un plan en el que todas ellas participaron), pero el abogado de la agente sostiene que ésta no tuvo nada que ver en los hechos. Según adelantó ayer ABC, en su escrito de defensa reclama su absolución y explica su comportamiento tras el crimen -ocultó durante 30 horas el arma con la que se efectuaron los disparos y que le entregó Triana instantes después del asesinato, así como su encuentro con Montserrat y Triana poco antes- en el hecho de que ante situaciones de estrés Gago se bloquea. Para corroborar esta idea solicitará que se contraste la opinión de las dos forenses que realizaron los informes de imputabilidad de Montserrat y Triana y de imputabilidad y capacidad de reacción y/o bloqueo en situaciones de estrés de Gago con la del doctor de la Universidad Complutense que llevó a cabo el examen psicológico de la agente. El «careo» entre estos tres expertos fue una de las peticiones de la defensa de Raquel Gago en los últimos meses que la jueza encargada de la instrucción del caso, Sonia González, no estimó y que, por este motivo, ahora se retoma con el fin de que pueda reforzar la teoría de que Gago no fue consciente de lo que estaba ocurriendo y explicar así su actitud.

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