DESDE MI ESCAÑO

La inepta de Brígida Mendoza

Canarias, desde hace muchos años, ha sido la peor comunidad en materia sanitaria, con problemas de imposible solución por parte de los burócratas que han ocupado los cargos

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Ya sabemos por qué la consejera de Sanidad del Gobierno de Canarias, la sinpar Brígida Mendoza, no quiere que la oposición visite los centros de salud del Archipiélago, especialmente los grandes hospitales. Sin duda alguna, a la titular del área le aterra que salgan publicadas en prensa cosas tales como el que una paciente como Ruth Moreno lleve más de cuatro años aguardando para una operación de reducción de estómago o que determinado paciente ya murió cuando después de lustros esperando le llegaba por fin la cita para ser operado del corazón.

La penúltima fechoría que esta inepta está perpetrando contra los sufridos pacientes del Servicio Canario de Salud no es otra que acumular camillas y camillas en los pasillos de las urgencias del Hospital Universitario de Canarias porque no hay camas suficientes.

Hay días en los que cualquier persona que tenga que pasar por esa zona del recinto tinerfeño puede toparse con más de 70 enfermos ahí tirados porque no hay ni camas ni habitación.

Esta es la sanidad de calidad que Mendoza quiere vender en sede parlamentaria, pero los hechos la desmienten, por mucho que luego intente poner a Mayte Pulido, experta en materia de Sanidad del PP, a los pies de los caballos por, según ella, hacer visitas electoralistas.

Mendoza tiene un morro que se lo pisa, aunque tiene la suerte de que si tropieza y cayese de boca, ya contaría con la atención de la sanidad privada, algo de lo que no pueden presumir esos pacientes que se tiran la torta de meses o años para ser intervenidos.

Y es que a la consejera le gusta el arte del trilerismo más rancio y mangonea y manipula las listas de espera a su capricho político. Sí, en sede parlamentaria, con el apoyo del PSOE, uno puede vender una realidad idílica, pero lo que al final queda es que hay miles de personas con un drama porque no ven el final de su dolencia, de cuándo habrá un puñetero quirófano libre y abierto para poder ser intervenidos. Ante ese drama, Mendoza se pone las gafas de sol para que nadie le estropee su cuadro de sanidad-ficción.

Canarias, desde hace muchos años, ha sido la peor comunidad en materia sanitaria, con problemas de imposible solución por parte de los burócratas que han ocupado los cargos y no hay que irse muy lejos para poner negro sobre blanco que alguien que ocupó el máximo cargo en el Servicio Canario de Salud luego fue presidente regional y los resultados en la sanidad de las Islas fueron tan funestos como inyectarle alcohol en vena a un cirrótico.

¿Saben quién fue ese incapaz? Pues está sentado en sede parlamentaria y se llama Román Rodríguez, otro que tal baila junto a la zote de Mendoza.

Ver los comentarios