BABILONIA EN GUAGUA

Se acabó lo que se daba

Hoy en día es una quimera distorsionada por un discurso simplista de algunos que confunden, precisamente, el circo con la política

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EN estos días de diciembre se acaba el año 2014. De golpe. Sin avisar. Mira que acabarse cuando empezamos la meteórica recuperación. ¡Eso no se hace! A ver quién le dice a 2015 que tiene que seguir en la misma línea. Igual no la trae en su programa y ya la hemos liado.

Pasadas las etílicas buenas intenciones de Nochebuena y Navidad, afrontamos la recta final de un año que no nos tiene que dejar satisfechos si obviamos el efímero optimismo de estas fechas. Las cifras económicas no logran tapar la crisis ética de un país anestesiado por los sucesivos casos de corrupción. La dinámica es la misma: alguien saca, otro tapa, tres telediarios de rigor y mañana el siguiente.

Suma y sigue.

La corrupción es apátrida, pero aquí le tenemos cierto cariño y, posiblemente, eso haya producido que conviva con nosotros más tiempo del estrictamente necesario. No existe un porqué, pero si para desentrañarlo tiramos del pozo de la sabiduría actual, veremos que un pequeño listado confeccionado a modo de anuario con lo más consultado en España durante este 2014 es un buen punto de partida. Quizás podamos obtener alguna conclusión. De entrada el resultado es desesperanzador. De final también lo es. Da lo mismo por donde se mire.

La lista que resume la búsqueda de iluminación patria en Google la encabeza Gran Hermano 15; seguido muy de cerca por Mundial 2014 y La Voz Kids. Ahí se va viendo que la mano que mece el sofá es la misma que adoctrina a las masas. Ébola obtiene un meritorio cuarto puesto, y es que durante unos meses ir a desayunar sin tener los conocimientos médicos sanitarios dignos de un doctorando era sinónimo de aislamiento social. Iphone 6 encarna ese punto de esnobismo que caracteriza a los nuestros. Sin apenas haber apostado por las tecnologías para salir de la crisis, no falta en nuestros bolsillos el último grito en smartphones para escarnio del resto de Occidente. Según entraban en nuestros bolsillos salían por la puerta de atrás a buscarse la dignidad laboral investigadores y personas de ciencia.

La clasificación la cierran a pachas Tito Vilanova, Supervivientes, Robin Williams y Eurovisión 2014. Visionario el clásico que sentenció aquello de «pan y circo». Aunque de circo no nos quejamos, el pan se hace cada vez menos factible. Una cesta de la compra digna se torna inalcanzable para cada vez más personas. Un puesto de trabajo no garantiza cubrir las necesidades básicas. Hoy en día es una quimera distorsionada por un discurso simplista de algunos que confunden, precisamente, el circo con la política. Va a ser por la tele.

Feliz tránsito entre años y mis mejores deseos para seguir en la senda del crecimiento; fundamentalmente ético y humano. A fin de cuentas es lo que somos, seres humanos en una casa llamada Tierra.

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