El ICI lustra e ilustra en Navidad

LUSTRANDO su lámpara maravillosa, como hacía Aladino para que despertara el genio, las responsables del Instituto Canario de la Igualdad frotan con fruición la caja de los fondos públicos para dejarla bien limpia y bien lustrada con el carísimo objetivo de poder ilustrarnos sobre qué juguetes deberíamos aconsejar a Papá Noel y a los Reyes Magos que regalaran a los niños en estas Navidades. Por cierto, al parecer es este un organismo de la Consejería de Presidencia, Justicia e Igualdad nada paritario, pues la mayoría allí son mujeres.

Las mentes que obsesivamente piensan en la desigualdad para predicar la igualdad, paradoja donde las haya de lo políticamente correcto, proponen en sus folletos regalar «igualdad» para evitar que niños y niñas reproduzcan conductas sexistas.

Esas mentes pensantes, gastantes apostillarían socarronamente muchos, ilustran a los compradores indecisos con una serie de lugares comunes, pero con ninguna sugerencia real que no sea un mantra ni con una relación de lo que, según ellas, desaconsejan obsequiar por violento, racista, sexista o desigual.

En el muy ilustrado y naif folleto que están distribuyendo, dicen que «sin juguetes también se puede jugar..., al escondite, las adivinanzas, veo veo. Contar historias y muchas cosas más». Sin duda es un consejo simplón para épocas distintas, pero no para estas fiestas en concreto. Si a unos padres, genérico de padres y madres, que en el ICI son muy sensibles con las deconstrucciones y reconstrucciones de amores románticos sexistas, se les ocurriera tal majadería, esos consejos no estarían muy descabellados, pues tendrían que «jugar» al escondite para que no los localizaran sus «contentísimos» hijos, que querrían jugar al veo veo tratando de averiguar dónde han escondido sus concienciados padres la videoconsola. Y muchas historias y otros cuentos deberían contarles a los hijos para que la cosa no acabe como el rosario de la aurora. Rosario laico y progresista, por supuesto. Y a muchos miles de euros por folio distraídos del contribuyente indefenso ante tales dispendios.

Afortunadamente para las criaturas, los abuelos nos podemos permitir malcriar a los nietos, siempre tendremos la excusa de que son cosas de la edad y en que burro viejo no aprende idiomas, mientras que los padres son celosamente instruidos por el ICI en qué es sexista y qué no lo es, qué es violento y qué es igualitario. E ilustrándose en los informes que el ICI evacua de tanto en cuanto, las abuelas se enterarán de que no son iguales a los abuelos, ¡gracias a Dios!, pensarán ellas.

Con estas campañas del Gobierno de Canarias, que no son gratuitas y muy cuestionables en tiempos de crisis económica, a las gentes de cierta edad les entra la duda de si las muñecas de Famosa se podrán seguir acercando al portal y sonreír porque están alegres o se han de poner muy tristes porque los niños prefieren a Spiderman dando brincos, saltos y mamporros a diestro y siniestro. También, para ser complacientes con la igualdad y la paridad, en el sentido de igual número y no derivado de parida, a los Reyes Magos o a Papá Noel se les presentará un problema científico si buscan animales del jurásico, a la hora de distinguir entre dinosaurios y dinosaurias, para incluir en el lote mitad y mitad como en las listas electorales y tener las fiestas en paz, nunca mejor dicho, con las concienciadoras.

Si estos son los problemas que ocupan y preocupan al Gobierno de Canarias, no es de extrañar que sigamos a la cola del paro y del fracaso escolar. Muchos estamos indignados, pero no todos con las mismas cosas y los mismos derroches, a pesar de que los de Podemos pretendan amalgamar los descontentos en una única papeleta electoral.