SOCIEDAD

Los alumnos se vuelcan con su profesor para conseguirle una bomba de insulina

Lleva de baja cuatro meses por su diabetes y el movimiento surgido en internet logra en escasas semanas 9.000 firmas en su apoyo

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Javier Ignacio Barra tiene 50 años, lleva desde los 25 ejerciendo la docencia y enseña Biología y Geología en el zaragozano instituto Corona de Aragón. Diabético desde que tenía 35 años, esta patología se le ha hecho más virulenta de un año a esta parte hasta impedirle acudir a trabajar. Lleva cuatro meses de baja, una situación que se le resolvería con una bomba de insulina capaz de controlarle los niveles de glucosa en sangre y evitar los peligrosos episodios de hipoglucemia que se hicieron especialmente frecuentes desde octubre del año pasado.

El diagnóstico fue claro: necesitaba una bomba de insulina, pero la burocracia entre la mutua de funcionarios que le cubre como docente y la aseguradora sanitaria que aquella tiene contratada le han retrasado ese dispositivo clínico.

Un hecho que, por contra, le ha hecho sentir el cariño de sus alumnos y de sus compañeros. Los estudiantes han participado activamente en una iniciativa por internet a través de la plataforma change.org que, en cuestión de unas semanas, ha sumado más de 9.000 firmas de apoyo a este profesor para reclamar que se le facilite la bomba de insulina.

«Yo me preocupo por ellos, por su educación, y ellos ahora se preocupan por mí. Me parece estupendo», dice este docente agradecido por una campaña que también es una expresión de cariño hacia él por aquellos a los que enseña en las aulas.

A la campaña en cuestión se han sumado alumnos, padres de estudiantes, profesores y personal de servicios de su instituto, que quieren tenerle de vuelta en el centro.

El profesor confía en que ese pequeño dispositivo que necesita, la bomba de insulina, le llegue pronto. «Parece que puede ser así», dice a ABC Javier Ignacio Barra. Pero, por pronto que llegue, habrán pasado ya cuatro meses de baja.

La demora es una paradoja no solo sanitaria sino también económica. A las arcas públicas, este retraso le habrá provocado un coste salarial de al menos 10.000 euros por la baja del docente, al que hay que sumar el sueldo del interino que ha tenido que Educación ha tenido que contratar para suplirle. Una bomba de insulina, sin embargo, tiene un coste que en España ronda los 3.500 euros, según han indicado a ABC desde la industria sanitaria especializada en este tipo de equipos.

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