La extrema aridez de las tierras ha obligado a abandonar algunos cultivos de la Vega Baja
La extrema aridez de las tierras ha obligado a abandonar algunos cultivos de la Vega Baja - juan carlos soler
guerra del agua

La alerta por la sequía ya afecta a una población de 1,9 millones de personas

Las cuatro comarcas alicantinas que dependen del Júcar arrastran de cuatro meses a un año de emergencia

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LA sequía se ha convertido en un problema acuciante y con situación de emergencias y alerta para más de 1,9 millones de personas en la Comunidad Valenciana que viven todo el año o pasan una temporada en las cuatro comarcas alicantinas que dependen de los recursos de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). Así queda reflejado en el último «Informe de seguimiento de indicadores de sequía en el ámbito territorial de la confederación» de este organismo, con fecha de 31 de julio.

Precisamente el área donde la situación es más crítica -La Marina Baja- experimenta en estos momentos la mayor demanda de agua de todo el año, con Benidorm como capital autonómica del turismo y varios municipios próximos en plena temporada estival, en un año que se presenta como de récord histórico en número de visitantes.

En esta comarca la escasez de recursos hídricos se ha agravado desde esta primavera, igual que en Serpis, lo que además evidencia que el problema no se circunscribe exclusivamente al litoral, sino que también afecta al interior, ligeramente más lluvioso, en general.

Donde más tiempo se mantienen en la situación de emergencia con alerta roja es en La Marina Alta, donde llevan todo el año hidrológico con la voz de alarma, desde septiembre de 2014 hasta la actualidad. Estas tres zonas se encuentran en emergencias (alerta roja) según la evaluación de los expertos de la CHJ. Y salieron en abril de esta consideración en la demarcación más poblada de la provincia de Alicante, el Vinalopó-Alacantí, donde en junio incluso remontaron en volumen de recursos gracias a un trasvase de 15 hectómetros cúbicos autorizado por el Ministerio de Medio Ambiente (junto con otros cinco para La Marina Baja). No obstante, en el Vinalopó-Alacantí están en alerta naranja.

La falta de precipitaciones se deja sentir, pues, en el sur de la Comunidad, mientras que en el resto, las demarcaciones del Turia (Valencia) y Palancia-Los Valles (Castellón) se sitúan con un nivel de prealerta que entraña un riesgo «medio», frente al «alto» del Vinalopó-Alacantí y el «muy alto» del Serpis y las dos marinas.

En superficie, la sequía tiene en vilo la economía -tanto la agricultura como el turismo- de un parte pequeña dentro del ámbito de la Comunidad Valenciana, si bien en población representa una amenaza para más de un tercio de los residentes fijos y de los considerados «estacionales» por la Confederación Hidrográfica del Júcar, que cifra en 5.565.000 individuos esta masa global. De ellos, 1.900.230 viven o pasan estancias en zonas en alerta.

También en el Segura

Este balance, además, se ha efectuado sin contar con la Vega Baja, que depende a efectos de las cuestiones relacionadas con el abastecimiento del agua de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), y una comarca alicantina donde tampoco es que anden sobrados de recursos.

Una parte de los regantes y, en general, de la población, están pendientes del trasvase Tajo-Segura, de forma más perentoria del envío de 20 hectómetros cúbicos que ya estaban autorizados por el Gobierno central, pero que hace unos días quedaron a expensas de resolverse un recurso planteado por la Junta de Castilla-La Mancha, gobernada ahora por el PSOE. Con los números en la mano, solo la población de la Vega Baja suma ya 408.660 habitantes, según el cómputo de la CHS.

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