Un alcalde socialista afirma que con el PSOE «es más fácil que lleguen las subvenciones»

El cambio de signo político en muchas de las varas de mando de la región el pasado 24-M ha propiciado en diversos municipios una sensación de camaradería entre las fuerzas políticas hasta hace poco en la oposición, por la salida del PP de parte de las instituciones. El resurgimiento de la alianza entre Valencia y Alicante, o entre ésta y su vecina Elche, parece causa directa de los cuatro años de mandatos de izquierdas que se avecinan en estas ciudades. Una muestra de ello es lo ocurrido en la Mancomunidad del Bajo Segura -que aglutina a los municipios de Rafal, San Isidro, Benejúzar, San Fulgencio y Catral-, donde los ayuntamientos de izquierdas se han unido para controlar el órgano.

Unas declaraciones del socialista Miguel Pineda, alcalde de Rafal -y también diputado autonómico-, han desatado sin embargo la controversia, pues justificó este acuerdo en que si la citada mancomunidad tiene una presidenta del mismo signo político que la Generalitat Valenciana es «mucho más fácil» que lleguen las asignaciones de «recursos y subvenciones», ya que la coincidencia de siglas habilita una «vía directa» que facilita y acelera el proceso.

Una regla no escrita que, a su juicio, acorta «el recorrido» para la presidenta en su afán de recibir distintas ayudas por parte de la Generalitat Valenciana.

De esta forma, Pineda dejaba entrever que el Consell podría ser más sensible a atender las demandas de subvenciones de aquellas administraciones locales gobernadas por el PSOE, en detrimento de otras donde gobierne el PP. El alcalde, a renglón seguido, subrayó que la supuesta facilidad para obtener ayudas no esconde «nada delictivo».

La mancomunidad, que había sido presidida por el PP durante las últimas dos legislaturas, elige un nuevo presidente cada cuatro años. La elección, indirecta, la realizan todos los concejales de cada una de las cinco localidades que forman la unión, con un voto por persona. Al igual que en el caso de las diputaciones, esta fórmula propicia que las mancomunidades las presidan los partidos con mayor representación tras los comicios electorales. Así, tras dos periodos de gobierno popular, la concejal socialista de Rafal Noemí Cutillas dirige la Mancomunidad gracias a los votos de sus homólogos y compañeros de partido en las localidades vecinas y en la suya propia. Precisamente este cambio ha suscitado un profundo cisma en la institución supramunicipal.

Visita policial

Tal ha sido el revuelo generado que Antonio Bernabé, alcalde de Benejúzar desde 2007, mandó a la Policía Local a que le notificase a Miguel Pineda la intención de su municipio de abandonar la mancomunidad, para que éste le indicase los trámites y pasos administrativos que debe seguir. A su intención se suma la de San Fulgencio, cuyo alcalde -el también popular Carlos Ramírez- secunda su salida.

La nueva presidenta, por su parte, afirmó que la actitud de los dos regidores populares es «infantil», y recordó el carácter «legal» del cambio en la Presidencia.