LONDRES 2012
Joel González, en un combate de taekwondo. / AFP
PALMARÉS
«Para ir solo a competir, me quedó en casa. Yo voy a por el podio». Joel González es un ganador y tiene claro el objetivo para Londres 2012. Los triunfos internacionales conquistados en este periodo son su mejor aval. A sus 22 años ya es doble campeón mundial y de Europa, y ha igualado el palmarés de Juan Antonio Ramos, pero quiere redondearlo con el éxito que se le resistió a su gran referente en el mundo del taekwondo. Tras cuatro años de preparación en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat, llega a los Juegos como el gran favorito para colgarse el oro en la categoría de 58 kilos.
Ramos es el espejo en el que se mira cada día cuando se levanta a las seis de la mañana para comenzar los entrenamientos, aunque el que le regaló el primer kimono fue Pedro González. Hasta los 11 años, Joel daba patadas al balón en su Figueres natal, pero, cuando su padre invirtió los ahorros para abrir un gimnasio, cambió los campos de tierra por el tatami. Nadie le forzó, lo llevaba en la sangre. La curiosidad por el taekwondo fue creciendo bajo el paraguas paternal y ahora luce el cartel de estrella en un deporte ajeno a las grandes portadas. Por eso tiene muy claro que si consigue que suene el himno español, la dedicatoria será compartida: para una familia a la que se siente fuertemente unido y para los miles de deportistas anónimos con los que comparte disciplina.
La fortaleza mental y competitividad son las grandes armas de Joel para poder pisar el podio olímpico. Disfruta en cada combate y nunca da uno por perdido. Su rapidez para tomar decisiones en milésimas de segundo y los informes sobre los rivales que le sigue haciendo su padre le han llevado a lo más alto de un deporte en el que nadie le ha regalado nada. El sacrificio espartano que comenzó hace cuatro años tiene la meta en Londres y el lema que acompaña todo en su vida —«mucho que ganar, nada que perder»— ha ayudado a Joel a no desfallecer para presentarse en las Islas como gran favorito.
El protagonismo mediático que ha adquirido ante la cita olímpica ha alterado la rutina diaria de este estudiante de tercero de criminología y segundo de administración de empresas. Las entrevistas, los reportajes y las llamadas telefónicas se han sucedido a medida que se acerca su gran ilusión. Por unos meses se ha sentido como lo que es, una estrella del taekwondo.
