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Gasol lidera la selección española de baloncesto. / AP
PALMARÉS
“Esto no ha sido siempre así”, apuntaba José Luis Sáez, presidente de la Federación de baloncesto, en la víspera de la final del pasado Eurobasket de Lituania. “Hubo un tiempo en el que veníamos a los campeonatos sin ser favoritos, con el único objetivo de competir”, recordaba ante la euforia general. Un espíritu de humildad que siempre ha acompañado a la selección en la última década y que conviene recordar antes de que viaje a Londres en busca del sueño olímpico.
La conocida como “Generación de Oro” del baloncesto español buscará en la capital británica el único título que le falta. La medalla de oro olímpica que tuvieron tan cerca en los Juegos de Pekín es de nuevo el gran objetivo de los Gasol, Navarro, Calderón y compañía. El más deseado antes de comenzar a dar el relevo generacional. Como grupo, esta cita será su penúltimo gran campeonato juntos. Cumplida de largo la treintena, la mayoría no llegarán a los Juegos de Brasil, por lo que Londres es la última opción que tienen de culminar un palmarés impresionante, que comenzó hace casi trece años con el Mundial sub 20 logrado en Lisboa y que tendrá su punto y seguido en estos Juegos de 2012.
De aquellos chavales que derrotaron a Estados Unidos en 1999 queda la esencia. En la cancha han evolucionado, son mejores jugadores, pero su espíritu personal sigue siendo el mismo. Con esa humildad y determinación que les llevó a ese inesperado triunfo y que luego ha ido regalando victorias al aficionado español hasta hacerle soñar con un oro que parece al alcance de la mano.
De aquella primera selección, la que plantó el germen de los triunfos actuales, sobreviven solo tres hombres, puntales aún del equipo campeón en Lituania. Pau Gasol, Juan Carlos Navarro y Felipe Reyes, a los que en Londres se podrían unir o Raúl López o Carlos Cabezas, dos de los aspirantes a ocupar la vacante dejada por Ricky Rubio en el puesto de base. Junto a ellos, han ido surgiendo nuevos talentos. Jugadores que crecieron a su lado o que lo hicieron imitándoles. Rudy Fernández, Serge Ibaka o Marc Gasol. Talentos descomunales que han hecho suya la filosofía de los “mayores” y que comparten sueños e ilusiones.
La victoria no será fácil. Enfrente habrá muchos equipos, no solo Estados Unidos, capaces de derrotarles. Una misión que no será imposible, pero sí complicada. El oro olímpico. La gloria eterna. El final de un círculo que arrancó en Lisboa y que tiene su meta más cerca. Al alcance de la mano.
