El PP no se conformará con haberse desmarcado del proceso abierto por el presidente del Gobierno con la apertura del diálogo con ETA sino que se dispone a controlar y combatir los movimientos de José Luis Rodríguez Zapatero con todos los medios a su alcance. El líder de la oposición, Mariano Rajoy, contará con el apoyo de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) que preside José María Aznar para hacer de la política antiterrorista el centro de su estrategia en lo que resta de legislatura.

El presidente del PP asistió el pasado viernes a la reunión del patronato de la FAES y allí coincidió con el ex jefe del Gobierno en la necesidad de que el partido opositor posponga otros objetivos y convierta el terrorismo en objetivo prioritario de su labor de oposición. Tanto Aznar como Rajoy -que es la segunda vez que asiste a una reunión de patronos de la fundación desde que fue elegido presidente del partido-, explicaron que las circunstancias políticas exigen al PP que se convierta «en defensor de los principios constitucionales que todos compartíamos hasta ahora pero que el PSOE ha abandonado por mero tacticismo», según explicó uno de los asistentes. Aznar brindó el apoyo de la FAES y Rajoy pidió la suma de esfuerzos para concentrar toda la energía en la defensa de los intereses generales y las reglas del juego, que ahora ve en serio peligro, y propuso dejar en un segundo plano los trabajos políticos destinados a profundizar en los principios programáticos e ideológicos del partido, como el liberalismo o el humanismo.

«En esta nueva etapa nos va a tocar defender en solitario los valores de todos y los principios constitucionales, tanto en la política territorial como en la lucha contra ETA», resumió un patrono al término de la reunión haciéndose eco de los discursos de Aznar y Rajoy que expresaron su complicidad e identidad de criterios en este planteamiento.

Desenmascarar

La estrategia de oposición que ya ha empezado a diseñar el líder del PP para los próximos meses estará destinada a «intentar demostrar la gravedad de la situación para que todos los ciudadanos sean conscientes de lo que está haciendo Zapatero», explica un miembro de la dirección.

En el primer análisis de la intervención del presidente, el PP cree que se expresó con «una calculada ambigüedad para ocultar lo brutal que era lo que estaba diciendo» por lo que ahora este partido cree que «hay que desenmascarar» la realidad del proceso de paz.

A tal fin va a dirigir el PP todas sus actividades de control parlamentario, preguntas y críticas, vigilancia política, declaraciones ante los medios de comunicación y reclamaciones en todos los ámbitos, sin excluir el judicial. Los populares vascos no acudirán a una entrevista con el PSE si los socialistas les invitan en el marco de una ronda de consultas para la formación de una mesa de diálogo en la que participará Batasuna.

La entrevista del PSE con el partido ilegal también estará en el punto de mira de los populares, que no dejarán que pase desapercibida y, cuando se abra el Parlamento tras el verano, volverán a utilizar el terrorismo en las sesiones de control al Ejecutivo. No descartan nuevas movilizaciones en momentos clave del proceso y se preparan para participar activamente en el rechazo a la reforma del estatuto de Guernica que prevén inminente. Según un miembro de la dirección popular, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, anunció al portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, en la entrevista que mantuvieron en el Congreso el pasado jueves, que los socialistas impulsarán un proceso de modificación del marco jurídico del País Vasco. El equipo que dirige Rajoy concede una enorme trascendencia para el futuro a la declaración del presidente del Gobierno del pasado jueves porque considera que ha «cedido» a las reivindicaciones políticas que ha planteado ETA a lo largo de su historia. En este punto, los populares coinciden con el diario Gara al dar por hecho que Rodríguez Zapatero reconoció la existencia de un conflicto político en el País Vasco como origen del terrorismo; admitió dos mesas de negociación, una de las cuales será política, y asumió el derecho de autodeterminación de los vascos. «Ha cumplido con el calendario, el formato y las exigencias que le marcó ETA», denunció un asesor de Rajoy.

Sin embargo, un colaborador del presidente popular admitió que el discurso de Rodríguez Zapatero es «ininteligible pero difícilmente atacable» porque puede tener distintas interpretaciones. De acuerdo con este análisis, el PP asegura que el líder de los socialistas quiso contentar a la banda y, al mismo tiempo, «edulcorar» la realidad con «la coletilla de que todo se hará dentro de la Constitución», en un intento de «tranquilizar a los ciudadanos».

Sin embargo, las mismas fuentes advierten que «nada de eso se puede hacer dentro de la ley, salvo que Zapatero haya descubierto algo que no encontró Felipe González, que rompió el diálogo de Argel al negarse a hacer una negociación política».

«Al contrario que Felipe González, Zapatero reconoce que cabe una negociación política con los terroristas sin la previa disolución de ETA», señala el mismo dirigente.