La Hermandad de Jerez ya ha iniciado su vuelta a casa, y lo hace nuevamente a través del Coto de Doñana para llegar al embarque y salir de Sanlúcar, alcanzar Ventosilla y por la carretera del Calvario entrar en Jerez el próximo jueves. En la caravana morada se dejan notar relevantes mermas en todos los efectivos que hicieron la ida, y también la nostalgia lógica que envuelve el camino de vuelta. Ha sido muy intensa la estancia en la Aldea tan cerca de Ella y fue especialmente duro la ida hacia El Rocío, pero el romero que tiene fe y la lleva en el corazón encuentra alivio para el cansancio y fuerzas para el retorno.

Temprano

A las 9 de la mañana de ayer, la Hermandad del Rocío de Jerez iniciaba el camino de vuelta desde la Aldea almonteña. Atrás y en el recuerdo de los rocieros jerezanos quedaban esas tres jornadas intensas que se vivieron desde que el pasado sábado la Hermandad hiciera su entrada en medio de una explosión de júbilo y emociones. En la mente de todos el instante en el que la Virgen se acercó a la casa de Jerez y se arrimó tanto al Simpecado que casi lo pudo tocar con las manos. No se recuerda nada parecido en mucho tiempo y que Ella estuviera tan cerca del Simpecado, decían ayer algunos romeros, se debió a que tanto los almonteños com la Virgen conocían la situación y sabían que éste era el último año en la romería de esa enseña morada que ha acompañado a los rocieros jerezanos a lo largo de 45 años y que será sustituida por un nuevo simpecado en 2007 con motivo del 75 aniversario de la Hermandad de Jerez. «Es que son muchos años y lo quiso despedir a lo grande, acercándose tanto para que oyera lo que Ella dijo: Siempre estaré en ti», narraba un joven rociero ayer. Qué buen recuerdo para todos los que lo presenciaron; son momentos que nunca se podrán olvidar y nuestro viejo Simpecado se sentirá orgulloso porque Ella, La Virgen del Rocío, se le acercó tanto que casi pudo oír su voz.

Volviendo a lo que nos ocupa del camino de vuelta, tenemos que hacer constar la gran merma de los efectivos que iniciaron la Romería el pasado 31 de Mayo en la Alameda de Cristina. Son muchos a los que las obligaciones laborales o familiares les impiden acompañar a la carreta de plata en su regreso por las arenas. Y hay otros muchos a los que, sencillamente, la vuelta no termina de convencerles.

Siguen fieles con la Carreta del Simpecado las otras quince, pero bajó considerablemente el numero de caballistas, todo terrenos y carriolas, aunque aseguran que al final en Sanlúcar se vuelven a encontrar todos para hacer la entrada el jueves en Jerez todos juntos. La Hermandad salió de la casa de Jerez y puso rumbo a la ermita de la Blanca Paloma. Las carretas desde la puerta del santuario blanco y los romeros desde el interior del templo se despidieron hasta el año que viene de la Reina de las Marismas. Hubo tiempo también para colocar algunas velas en recuerdo de los familiares y amigos o para pedirle a la Virgen la ayuda necesaria en tantos aspectos de la vida. Tras la obligada visita a la ermita marismeña -algo así como una devolución de la que la Virgen hizo a Jerez el lunes de Pentecostés sobre las diez y diez de la mañana- la entrada el Coto de Doñana se produjo con ritmo cansino y con una climatología no tan buena como la que se pudo disfrutar, y también sufrir, en la ida.

En el Coto

Al filo de las 12 del mediodía, los romeros de Jerez llegaron al Pilón de la Raya, lugar establecido para el rezo del Ángelus, que este año y, con motivo del veinticinco aniversario de la Hermandad de Cádiz, se rezó conjuntamente con las corporaciones de El Puerto de Santa María y de la propia Cádiz. Presidieron el rezo los tres Simpecados y al finalizar el Ángelus Cádiz y El Puerto partieron por delante de Jerez, ya que estas hermandades tienen un camino de vuelta más rápido que el de los jerezanos y realizan hoy mismo su Embarque desde la playa de Malandar hasta la sanluqueña Bajo de Guía.

Jerez, por su parte, puso rumbo a la laguna del Sopetón, lugar elegido para el rengue del almuerzo, no sin algunos problemillas que volvió a dar la rueda de una de las carretas, la misma que tuviera varios problemas y percances durante el camino de ida hacia la aldea almonteña.

Larga jornada

Se almorzó y se tuvo un pequeño descanso, lo justo para reponer fuerzas y continuar el camino hasta El Cancelín, tradicional emplazamiento para el descanso nocturno donde se estableció el campamento de la Hermandad jerezana. Se sucedieron los rezos, muy emotivo el Rosario, y como nos comentaba Joaquín Vallejo durante todo el camino cada instante y cada rezo se interpretó como homenaje al viejo Simpecado, que será sustituido por el que está bordando Fernando Calderón en su taller. No se sabía a ciencia cierta que iba a pasar con el actual, e incluso se comentó la posibilidad de que una reliquia del mismo se conservara en la nueva enseña. Pero no. Fuentes de la Hermandad de Jerez han confirmado que el Simpecado morado se conservara integro en la vitrina que está en la Capilla del Convento de Santo Domingo, como una joya entre todos los objetos de valor que se pueden encontrar en el patrimonio que posee la Hermandad.

La jornada de hoy

Este miércoles es, si se quiere, la jornada más especial para todos los que realizan el camino de vuelta hasta Jerez. Será un día duro, de muchos kilómetros y muchas arenas, pero al final del recorrido se encuentra Marismillas, el paraje donde la Hermandad jerezana pasa su primera y su última noche en el Coto durante el camino del Rocío.

Hoy habrá que atravesar medio Parque Nacional de Doñana, pero la noche de vuelta en Marismillas no se la perderá nadie. La magia, la melancolía, las plegarias que se oirán esta noche no tienen parangón con ninguna de la otras que se viven tanto a la ida como a la vuelta.

El Rocío mientras tanto se ha quedado prácticamente vacío después de haberse convertido este fin de semana en la tercera ciudad de España por número de habitantes con 1,3 millones de personas por las arenosas calles de la Aldea. La Virgen espera a que durante el año o en la próxima romería, los jerezanos aparezcan por allí. Como siempre.