-¿Tiene tanto poder como se le supone?

-No es para tanto. Sí me siento respaldado por el conjunto de compañeros y compañeras del partido y eso me da una enorme energía para seguir trabajando. En el PSOE no funciona el ordeno y mando, el dedazo, como en otras fuerzas políticas, nosotros lo debatimos y los negociamos todo. Mi partido es plural, diverso, complejo, ésa es su riqueza y esa es su fortaleza. Para mí es un orgullo ser secretario de Organización del PSOE de Andalucía. Mi compromiso es el trabajo diario, conseguir que mi partido sea cercano a la gente, sensible a sus problemas y buscar soluciones para mejorar el bienestar y la calidad de vida de la ciudadanía. Lo demás no me importa, son habladurías de compañeros y compañeras bienintencionados.

-Después de 36 años en política, ¿mantiene la fe?, ¿en qué?

-Mantengo la convicción en la necesidad de la política para transformar la sociedad. Desde una perspectiva de izquierdas, sólo la acción de la política garantiza la igualdad, la libertad, la solidaridad y la justicia social. Tenemos que proteger la política frente a quienes de una manera indisimulada tratan de dañarla, de desprestigiarla. Siento pasión y vocación por la política.

-¿Y ha sentido el desencanto?

-Lógicamente, en una trayectoria tan larga e intensa, hay altos y bajos, como en la vida misma. Son muchas más las luces que las sombras. De las últimas, ni me acuerdo. Me quedo con los momentos gozosos, con el cambio espectacular que se ha producido en Cádiz y en Andalucía en los últimos 25 años, con las personas con las que he trabajado y he compartido un proyecto tan ilusionante como éste.

-«Soy fiel a lo que he tenido por bueno en mi vida», dice Juan Ramón Jiménez. ¿A qué es fiel Luis Pizarro? Políticamente, claro.

-A mis ideas, a mis principios, a mi palabra y a mi partido. En lo personal, a mi mujer, Elena, y a mis hijos Luis y Javier.

-Salgamos enseguida del tema Estatuto. ¿Cree que le importa a la gente tanto como a la clase política?

-Es una visión muy reduccionista quedarse en que a la gente no le importa el Estatuto. Lo que la ciudadanía quiere es que se le dé respuesta a sus problemas, que se disipen sus inquietudes, que se le garanticen sus derechos y que se prepare un futuro mejor. Y eso es lo que pretendemos con la reforma de nuestro Estatuto. Queremos adaptar nuestra norma básica autonómica para mejorar la calidad de vida de los andaluces y las andaluzas. La gente es inteligente y sabe que se reforma para mejorar. Así lo recogen todas las encuestas que se han publicado. Un 60% de los andaluces apoya la reforma. Es puro sentido común, ya que después de un cuarto de siglo ha cambiado tanto Andalucía que requiere un nuevo instrumento jurídico que ampare e impulse la Segunda Modernización de nuestra tierra.

-Después de tantos meses de controversia, la pregunta sigue siendo por qué y para qué.

-Es una reforma oportuna y necesaria. ¿Por qué? La Andalucía de hoy y la España de hoy no tienen nada que ver con las de finales de los 70 y principios de los 80 del siglo pasado, cuando se aprobó el Estatuto de Carmona. España ha entrado en la Unión Europea, se ha convertido en la octava potencia económica mundial, se ha descentralizado su administración Andalucía es Europa y las decisiones que se toman en Bruselas nos afectan directamente, y para bien. Andalucía ha dado saltos de gigante, ha abandonado el subdesarrollo, ha pasado de ser tierra de emigración a tierra de inmigración, se ha universalizado la educación y la sanidad públicas, se ha pasado de poco más de 100 a 2.000 kilómetros de autovía Los problemas y las preocupaciones de la gente son distintos. El Estatuto de Carmona ayudó a acometer esta primera modernización de Andalucía, ahora teníamos que preparar una nueva herramienta que delimitara el marco de actuación de la Segunda Modernización. Queremos situar en el corto plazo a Andalucía entre las regiones más avanzadas de nuestro entorno. Los primeros logros de la Segunda Modernización saltan a la vista: el plan de familia, el plan Mejor Escuela, la investigación biomédica, la excelencia de los servicios públicos, etc.

-¿Cree posible aún el consenso con el PP?

-Por nuestra parte no va a quedar, aunque me parece que el PP no está por la labor. El escenario y la posición política del PP en el Parlamento de Andalucía y en el Congreso de los Diputados no dejan mucho margen para la esperanza. La intervención de Rajoy fue desalentadora: prácticamente dio un portazo a la mano tendida que le ofreció el PSOE. La derecha centralista no perdona a Andalucía que alcanzara su autonomía plena a través de la vía del 151. Han pasado 26 años y esa misma derecha no ha superado aún sus complejos y fantasmas. Quisiera que el PP se aviniera al consenso, pero lo veo muy difícil. Consenso no constituye ni rebajas a un Estatuto de primera ni derecho a veto. No se puede entender transacción y diálogo con imposición. El PP siempre ha votado no, durante los 19 meses de reforma estatutaria, su apelación al diálogo es sólo de boquilla, una auténtica farsa. Se ha aferrado a la excusa de la «realidad nacional» para eludir el consenso. Lo que tiene que aclarar el PP es si está de acuerdo con los contenidos del nuevo Estatuto, un texto de máximos, que escritura y amplía los derechos sociales, que recoge más competencias, que sitúa a Andalucía como la comunidad que más tenga. Es una enorme contradicción rechazar el Estatuto en el Congreso porque es como el de Cataluña y luego decir en Andalucía que es un texto de segunda. El PP andaluz no tiene margen para buscar el acuerdo porque su dirección nacional ha decidido frenar todas las reformas. El Estatuto andaluz saldrá adelante con o sin el PP. Si el PP se autoexcluye como el 28-F de 1980, ésa es su responsabilidad. Lo pagarán caro electoralmente.

-Dicen que el PSOE andaluz es un «régimen». ¿Qué le parece?

-Esa es la burda mentira de los que no creen en la democracia, de los que no respetan los resultados electorales. Nosotros sí respetamos los resultados de las urnas y no hablamos de régimen cuando, por ejemplo, es el PP el que gobierna desde hace algunos años algún ayuntamiento. Es una falta de respeto al pueblo andaluz recurrir a este tipo de falacias. Lo que se tiene que plantear Arenas es qué habrá hecho mal el PP para llevar 24 años en la oposición. Es más, la estrategia de la crispación que están poniendo en marcha pone en evidencia la falta de proyecto político del PP. O cambian ese rumbo errático, bronquista y antiandaluz que ha trazado Arenas, más preocupado de hacer méritos ante Rajoy que de defender los intereses de Andalucía, o les pronostico otro severo batacazo electoral. Y los primeros en pagarlos serán sus alcaldes y alcaldesas en las municipales de 2007.

-¿Qué le parece la discrepancia de Felipe González respecto a la «realidad nacional»?

-Nosotros entendemos perfectamente lo que significa «realidad nacional». El Estatuto describe un hecho: la Constitución reconoce la realidad nacional de Andalucía como nacionalidad. En el artículo 1 se define a Andalucía como nacionalidad, como en el actual, pero se le añade el adjetivo de histórica. Fue una propuesta del profesor Clavero Arévalo que consideramos interesante porque nos podría permitir ampliar el consenso: atraer al PP y al PA. Dicho esto, la inclusión de esta expresión es más que una reafirmación coherente y consecuente de la definición de Andalucía como nacionalidad. Queremos reafirmar la doble legitimidad del pueblo andaluz para aspirar a lo máximo, ganada a pulso el 28-F. Nosotros sí entendemos bien el valor del 28-F, que deriva rotundo triunfo de la sociedad andaluza en la lucha por la consecución de la autonomía plena en 1980.

-¿La política va por un lado y la sociedad por otro?

-No, y la sociedad lo sabe. La gente tiene claro que la política tiene utilidad. Nosotros, por lo menos, tenemos claro que la política que practicamos tiene que ser de una gran utilidad para los ciudadanos. Gracias a la política Andalucía ha cambiado radicalmente en estos últimos 26 años. Los grandes cambios sociales se han hecho gracias a la política; por lo menos a las políticas de izquierda que ha desarrollado un partido como el nuestro.

-La crispación que se ve en los foros, ¿se aprecia también en la calle?

-No. La crispación que se ve en algunos foros y en algunos medios de comunicación está muy lejos de la situación real que vive nuestra sociedad, que es de normalidad, de tranquilidad, de sentido, de responsabilidad Creo que no hay ningún motivo para la crispación social en estos momentos. Por muchos esfuerzos que hagan algunos sectores de la derecha más reaccionaria no hay condiciones ahora mismo para la crispación social. Efectivamente, el PP está haciendo muchos esfuerzos por conseguir ese clima, pero no, no existe.

-Estamos en pista de despegue para las elecciones municipales. ¿Cuál es su timming?

-Antes de finales de junio tendremos designados los candidatos a las alcaldías de los municipios de más de 50.000 habitantes donde no gobernamos. Entre septiembre y principios de diciembre culminaremos el proceso de candidaturas. La confección de listas en nuestro partido pasa por un proceso complejo, participativo, con un calendario muy amplio, en el que intervienen las opiniones de los militantes, de los órganos locales, provinciales, regionales y federales. Eso significa tiempo y espacio para la discusión y la participación.

-¿Qué espera conseguir en la provincia de Cádiz?

-Gracias a la sinergia y colaboración entre los gobiernos de la Junta y el Estado, en cuatro o cinco años, Cádiz será la provincia mejor comunicada interiormente y también hacia el exterior por dos vías de gran capacidad y la línea de alta velocidad. Estamos volcados también en la resolución del problema del desempleo. Hemos pasado del 35 al 17 por ciento en la tasa de paro, hemos promovido un acuerdo provincial de concertación social y estamos recuperando la actividad industrial en la Bahía. No podemos olvidar que hemos solucionado los problemas por los que atravesaba la industria naval, manteniendo los tres centros y la carga de trabajo. El de las Aletas será otro proyecto estratégico, como la importancia que va a tener la autovía Jerez-Los Barrios para la vertebración territorial, económica y social de la provincia, para el desarrollo del interior. Apuesto también por una oferta turística de calidad y una planificación urbanística respetuosa con el medio físico. Esto será posible gracias a la acción de los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y Manuel Chaves y el papel que estamos desarrollando los socialistas en Cádiz. Gracias también a la unidad del partido, el PSOE se consolidará como la primera fuerza política provincial. Estamos seguros de que seguiremos al frente de la Diputación, desde una posición más holgada puesto que esperamos sorpresas en muchos municipios donde ahora mismo gobierna el PP. En la Bahía de Cádiz, por ejemplo, el vuelco puede ser espectacular.

-Cádiz ciudad parece ser el gran objetivo. ¿Qué perspectivas ve de hacerse con la Alcaldía?

-Hay una verdad incuestionable en Cádiz capital y es que el PSOE es el que está marcando la agenda política de la capital. El Gobierno de Teófila está agotado y acusa falta de ideas. El PSOE ha sido el que ha puesto sobre la mesa los grandes proyectos para la ciudad; como la ampliación del Puerto, la Plaza de Sevilla o el hospital, por ejemplo. Hay una gran aceptación por parte de los gaditanos hacia los proyectos propuestos por el PSOE y eso tiene que tener su resultado en las urnas. Porque me resisto a creer que una política de propaganda como la que tiene Teófila pueda vencer a la realidad y a los hechos. El PSOE está recuperando credibilidad frente a una estrella que se apaga Teófila llegó accidentalmente a la Alcaldía de Cádiz, en los primeros años se dedicó a inaugurar obras proyectadas por los gobiernos socialistas, después hizo el soterramiento con la ayuda del Gobierno y la Junta y para de contar. Eso sí, vende hasta lo que no hace. El balance de estos once años es una deuda del Ayuntamiento reconocida de más de 13.000 millones de las antiguas pesetas, el éxodo de más de 25.000 gaditanos hoy en las islas o en Castellón, más de 13.000 parados y encima, los impuestos más altos de toda España. Y qué decir del escándalo de la Zona Franca, donde se ha producido un auténtico saqueo, siendo ella la máxima responsable, la presidenta del Consorcio. Son razones de peso para un cambio en el Ayuntamiento de Cádiz.

-Siempre afirma que los socialistas tienen una deuda pendiente con la ciudad de Cádiz, ¿cómo van a pagarla?

-Ya estamos haciéndolo. Fundamentalmente teníamos una deuda, la de la rehabilitación del casco antiguo de la capital y hoy este proyecto ya es una realidad. Con él nuestro objetivo es el de erradicar la infravivienda, mientras que Teófila ha sido la responsable de la subida brutal del precio de la vivienda en esta ciudad. El PSOE desde la Junta ha apostado por la construcción de VPO y la rehabilitación. Es una actuación impecable desde el punto de vista social y que ha transformado la ciudad. Otro de nuestros compromisos es el segundo puente. Una idea de principio a fin del PSOE, desde la maqueta de Borrell hasta la ejecución actual del proyecto por parte del Ministerio de Fomento, en el que se ha involucrado personalmente la ministra gaditana Magdalena Álvarez, lo que garantiza que el segundo puente será, sin duda, una realidad en el 2010. En nuestra apuesta por Cádiz, los socialistas también hemos hecho posible la continuidad de los astilleros, cuando el Gobierno del PP los dejó en quiebra.

-¿Y las Aletas?

-En Las Aletas estamos trabajando para ubicar el tercer parque tecnológico de Andalucía. La provincia de Cádiz, y sobre todo la Bahía, necesita un centro logístico, un espacio que pueda ponerse a disposición de los elementos generadores de empleo y economía. Hemos superado ya las dificultades del terreno porque estamos hablando de una zona de dominio público y creemos que en un breve plazo de tiempo podremos presentarlo. Ésta es otra de las apuestas claves de los gobiernos de Zapatero y Chaves en la provincia.

-La provincia, dice, va a quedar como una gran área metropolitana, con todas las poblaciones bien comunicadas y muy cerca de Sevilla. ¿Cómo va a influir eso en el futuro? ¿Y qué papel le va a tocar jugar a cada ciudad? ¿Cómo ve la cohesión entre las distintas comarcas y el papel a jugar por cada una?

-Indudablemente eso va a ser una realidad. Tenemos, por un lado, aeropuerto. Alta velocidad Sevilla-Cádiz. Dos vías de alta capacidad, autopista y autovía Jerez-Sevilla. Conexión por autovía entre Jerez y la sierra y desde el Campo de Gibraltar hasta la Bahía; también desde Cádiz al Campo de Gibraltar por la costa. Tendremos otra doble conexión por autovía y autopista desde Cádiz a Jerez y la conexión por autovía Jerez-Sanlúcar. Eso va a significar un acortamiento de las distancias y eso, indudablemente, va a tener una repercusión muy positiva en el territorio. Va a significar un atractivo para una provincia de las cualidades geográficas de Cádiz. Se crearán dos grandes conurbaciones urbanas: la Bahía de Cádiz-Costa Noroeste-Jerez, un acercamiento de la Sierra de Cádiz con esta zona y otra conurbación como es la del Campo de Gibraltar unida a la Bahía y a la sierra a través de vías de alta capacidad. El potencial económico que eso va a significar va a ser extraordinariamente positivo para la provincia. Todo eso supondrá la cohesión territorial, económica y social de una provincia tan diversa como la de Cádiz.