Al final España se la tendrá que jugar hoy ante Brasil y deberá esperar que Argentina venza a Holanda para ganar el Mundial de Fútbol Indoor que se está celebrando estos días en Jerez. Y es que el equipo español fue fiel a su historia, en ese sentido cumplió a la perfección su papel: conjunto blandito, sin garra y que tras ganar el primer partido (ante Argentina), cae en el segundo ante el rival más asequible (Holanda). Ayer la naranja mecánica venció a España (7-6) sin forzar mucho la máquina, jugando casi andando y con un Aaron Winter, autor de tres goles, que recordó a ese fenomenal extremo del Mundial de Estados Unidos en 1994.

Dureza excesiva

Antes de que España hiciera bueno el tópico de que es una Selección que no está preparada para los grandes acontecimientos, Brasil y Argentina se enfrentaron en el primer encuentro de la tarde, reeditando aquellos duelos gloriosos en el que se ponía en juego la pillería, la técnica, el jogo bonito, esto es, la supremacía de qué selección es la que manda en el continente americano. En el Palacio de los Deportes parecía que se repetía el encuentro de cuartos de final de Italia'90, con Maradona y Caniggia al frente. Sin embargo, ganó Brasil, algo que se ha convertido en habitual cuando se organiza una competición que se juega con un esférico. La canarinha ganó con oficio a la albiceleste por 6-3, con Djalminha en plan estelar.

Fue interesante comprobar como cada selección cumplió con el guión establecido, con lo que se esperaba de cada una. Los holandeses, aseados, con el buen gusto por bandera, alejados del juego subterráneo y conflictivo. Los españoles como siempre, con momentos de brillantez pero sin continuidad, carentes del gen competitivo que se debe tener cuando se mide a una importante selección nacional. En el momento en que el rival de España canta su himno, parece como si ya fuese perdiendo por 0-1. Los argentinos, en su línea, con ese estilo híbrido que nace del cruce entre el fútbol europeo y el sudamericano. Ayer en Jerez se vio que la albiceleste es un equipo diseñado en torno a Diego Armando Maradona. Solamente cuando éste tocaba el balón, tenía sentido la jugada, incluso la competición, pero esto ocurría en contadísimas ocasiones. Porque lo importante en el fútbol no es la edad sino los kilómetros de rodaje y el astro tiene ya muchos. ¿Y Brasil? Pues con jogo bonito a cuentagotas pero con la garantía de que siempre habrá un Djaminha que lo salve.