Después de dos semanas de confusiones y polémicas, ajustes del plano, reubicaciones forzadas, conatos de huelga, afirmaciones y rectificaciones sobre nuevas medidas de seguridad y el largo etcétera de asuntos peliagudos que han marcado las vísperas más movidas de los últimos años, la Feria del Caballo recibió por fin anoche la luz que necesitaba para borrar del panorama tantas sombras y comenzar una nueva andadura de celebración y fiesta.

La alcaldesa, Pilar Sánchez, acompañada del pleno de la corporación municipal, la consejera de Igualdad y Bienestar social de la Junta de Andalucía, Micaela Navarro, y la delegada provincial del ramo, Manuela Guntiñas asistieron al encendido de las 1.100.538 bombillas que iluminan el Real, y que este año corrió a cargo de José Manuel Rodríguez Vazquez, paralítico cerebral que, con una minusvalía del 94 por ciento, puso nombre y apellidos al propósito institucional de dedicar esta edición de la Feria del Caballo a promoción de la Igualdad.

Un deseo cumplido

Vázquez, campeón del mundo y deportista paralímpico de Boccia, una modalidad de petanca adaptada a las limitaciones de los paralíticos, se mostró orgulloso de protagonizar el encendido, algo que, según manifestó su padre, «lleva años deseando, y que le ha pedido personalmente a la alcaldesa». El deportista se alegró de que «esta edición se hayan hecho por fin los cambios que nos permiten a todos disfrutar de la fiesta más grande de Jerez, sin barreras arquitectónicas y haciendo que sea por fin la Feria de todos».

Pero este año, en la tribuna habilitada para los cargos políticos, también había una profusa representación de personalidades del ámbito asociativo jerezano que contribuyeron a escenificar la dedicatoria del evento: Fátima Canca, de la Asociación de Mujeres contra la Violencia de Género; Yolanda Sanz, de Sol Rural; Susana Domínguez, de Jerelesgay,;José Luis Jiménez, de Cáritas; o Albert Bitoden, de Ceain, entre otros, participaron también en el acto, celebrado, como marca el protocolo, tras los fuegos artificiales y con el Himno de Andalucía interpretado por la Banda Municipal de Música como cierre.

El Real mostraba un aspecto espléndido, con la mayor afluencia de público en la jornada inaugural de los últimos años, especialmente foráneos y algunos jerezanos que querían «dar el primer vistazo» a los cambios anunciados. En cualquier caso, las casetas ya lucían sus galas, tras los últimos retoques a las que muchas de ellas estaban siendo sometidas incluso en la misma mañana de ayer, y se pudieron ver los primeros trajes de flamenca de esta edición, sobre todo en niñas pequeñas y visistantes.

La iluminación también brilla este año especialmente solidaria, con los logos de algunas asociaciones y colectivos de la ciudad colocados en puntos clave del González Hontoria. Más allá de la estética, las casetas contarán con puertas de una anchura superior a los 90 centímetros, cuñas de madera para facilitar la entrada de sillas de ruedas y servicios completamente adaptados cuando cuenten con más de dos módulos de extensión.

Entre las principales novedades de este año, cabe destacar que serán 229 las casetas instaladas en el recinto, cuatro de ellas destinadas a servicios específicos como Bomberos, Policía Nacional, Cruz Roja y Protección Civil. También habrá 158 atracciones, y dos azafatas bilingues que ofrecerán información específica a los visitantes extranjeros y que se moverán por todo el Real. Para la promoción del evento, se han enviado más de 40.000 correos electrónicos a países de los cinco continentes. Las bodegas han estimado que en la edición de 2005 se venderán más de 400.000 medias botellas de vino.