El Gobierno invitó ayer a Batasuna a dar más pasos en «el camino» iniciado con la descalificación de los ataques a la ferretería de un concejal de Barañain (Navarra) y a una agencia de seguros en Gecho (Vizcaya). Cree que fue un gesto relevante, pero quiere más para que cumpla todos los requisitos legales y volver a ser un partido con una actividad pública normalizada. José Luis Rodríguez Zapatero hizo una valoración muy positiva del desmarque de Batasuna, según fuentes cercanas al presidente, si bien consideró que las dos agresiones no tendrán incidencia en el proceso abierto tras el alto el fuego, al punto de que mantiene su calendario para pedir permiso al Congreso antes de abrir un diálogo con ETA.

El Ejecutivo volvió a lanzar un mensaje a Batasuna tras su declaración contraria a las agresiones del fin de semana. «El camino hay que recorrerlo en su totalidad, y para recorrerlo en su totalidad hay que cumplir la ley», afirmó ayer el secretario de Estado de Comunicación.

Las palabras del dirigente de la formación ilegalizada Joseba Permach fueron muy bien acogidas en La Moncloa, sobre todo porque fue decisión autónoma de Batasuna sin que mediara presión alguna del Partido Socialista de Euskadi (PSE) ni del propio Gobierno para que se produjera.

Dirigente «de los duros»

En medios gubernamentales también se resalta la importancia de que fuera Permach quien leyera la declaración porque es un dirigente considerado de «los duros» con mucho predicamento entre los grupos de la 'kale borroka'. Fuentes gubernamentales precisaron, no obstante, que Batasuna debe tener más gestos que despejen todas las dudas sobre su apuesta por la política para conseguir sus objetivos y su alejamiento de la violencia.

El portavoz Fernando Moraleda corroboró, además, que los indicios apuntan a que los ataques en Barañain y Gecho no fueron «una orden» de ETA. El presidente del Gobierno transmitió ayer al portavoz de Chunta Aragonesista que el de la localidad vizcaína fue obra de «la cuadrilla» del dirigente de Jarrai Ibón Meñika, que reaccionaron «con cabreo por la detención de un amigo».

Del mismo modo, hay elementos que hacen conjeturar al Gobierno que el incendio de la ferretería del concejal de UPN puede ser consecuencia de un conflicto privado. El jefe del Ejecutivo, en todo caso, cree que se trata de «un acto muy puntual» y «detrás no hay otra cosa», según la versión de Labordeta.

El hecho es que Rodríguez Zapatero tiene casi la certeza de que estos dos ataques son hechos «aislados y de descontrolados» y no alteran la buena marcha de la verificación del alto el fuego. El jefe del Ejecutivo, en consecuencia, no ve motivos «hoy» para alterar el calendario previsto para ir al Congreso en busca del aval para abrir el diálogo con ETA y sentar las bases del proceso de paz.

Unas previsiones que pueden ser alteradas, explicó el secretario de Comunicación, si se comprueba que dichos actos violentos responden a «una orden» de la organización terrorista o si en «el futuro» hay nuevas agresiones y se constata que son parte de una estrategia.

Batasuna responde

Batasuna también habló ayer de caminos por recorrer. Pero en este caso, la formación ilegalizada lanzó una advertencia al Gobierno. Respondiendo a las palabras de Moraleda, el portavoz 'abertzale' Pernando Barrena señaló que el PSOE y el Ejecutivo «están haciendo las cosas muy mal» y «van por muy mal camino».

Así, Barrena consideró que el Gobierno no está «actuando a la altura de las circunstancias que exigen los nuevos tiempos políticos», porque sigue «dando cobertura» a la aplicación de la Ley de Partidos y se siguen practicando detenciones y encarcelamientos «basados en la persecución política». En ese contexto, consideró que el arresto el lunes de Sandra Barrenetxea obedeció al «mero hecho de su militancia política» y denunció que es «un hecho muy grave detrás del cual está implicado el Gobierno de Madrid».

En su opinión, no se trata de «hechos aislados» ni «casualidades» que estén «llevadas a cabo por incontrolados», sino que responden a una «estrategia represiva» empleada contra el País Vasco en las últimas décadas y que, al parecer, «algunos intentan estirar para obtener réditos políticos».

El presidente del Gobierno, por su parte, quiere reforzar la complicidad con el líder del PP y ha dado orden a sus colaboradores de no responder a las críticas de dirigentes de ese partido. Moraleda obvió los comentarios de Ángel Acebes y Eduardo Zaplana, pero elogió la posición «ponderada y prudente» de Mariano Rajoy.

Moraleda señaló que sería preferible que la actitud del líder opositor, que es digna de «resaltar y reconocer», se generalizara en su partido e indicó que el jefe del Ejecutivo otorga un valor sobresaliente, «imprescindible», a la unidad de acción con el PP porque en el proceso «va a haber momentos difíciles» y «circunstancias que tiendan a romper la unidad», y en los que la fortaleza del consenso que se trabe ahora se pondrá a prueba.

El Gobierno, además, dijo no tener noticias de nuevas cartas de extorsión de ETA a empresarios.