La cumbre de la UE sobre los refugiados pretende sellar la ruta de los Balcanes

Desde el aire, se aprecia la magnitud de la crisis en la frontera entre Grecia y Macedonia. Pero hay que bajar a ras de suelo para verle el rostro al drama. La desesperación se agolpa bajo la lluvia para conseguir un paquete de comida. A una niña no le sirve de nada llorar ni que su padre la alce en volandas, le toca esperar, como a todos. Hay 14.000 atrapados. Cada día, apenas un centenar pasa la criba. Sólo sirios e iraquíes logran cruzar la frontera rumbo al norte de Europa, aliviados. Pero Bruselas quiere acabar con esto. El objetivo de esta complicada cumbre es que no salga nadie más de Grecia, sellar la ruta de los Balcanes. "Hay que buscar soluciones europeas a este problema", dice el primer ministro griego Alexis Tsipras. Y la solución elegida es que el país se convierta en un gigantesco campo de refugiados a cielo abierto, a cambio: ayuda económica, 700 millones de euros. Pero las negociaciones tienen otro gran protagonista: Turquía. Bruselas quiere que se convierta en el país tapón, del que no salgan migrantes y al que sean devueltos todos los que crucen el Egeo. Todos, también los refugiados sirios. El objetivo es que a partir de ahora el reparto se haga desde allí. La Unión Europea se compromete a acoger a la misma cantidad de refugiados que expulse desde las costas griegas. Teniendo en cuenta que ya hay casi tres millones de migrantes en los campamentos turcos. El problema es que Europa no se distingue precisamente por la agilidad en sus procesos de reparto de refugiados.-Redacción-