Poca actividad todavía ayer en la Gran Estación Central de Bruselas
Poca actividad todavía ayer en la Gran Estación Central de Bruselas - AFP

El turismo se resiente en Bruselas, Brujas y Gante

El cierre del aeropuerto impide la llegada de muchos visitantes al país

BRUSELAS Actualizado: Guardar
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Tal y como pasó tras los atentados de París el pasado noviembre, el turismo y el consumo en general serán los primeros afectados por los ataques terroristas del martes en la capital belga. El cierre del aeropuerto de Bruselas ha tenido gran impacto en la llegada de visitantes, ya que la mayoría acceden al país por vía aérea. El hecho de que los aeropuertos regionales del país como Charleroi, Ostende y Lieja estén operativos no compensa en modo alguno, pues el de Zaventem es el que registra el mayor número de operaciones. A ello cabe sumar el inevitable efecto disuasorio del miedo a viajar a un país que se acaba de demostrar en el blanco de los terroristas.

Ha sido una imagen habitual ver en estas dramáticas jornadas restaurantes con las meses vacías durante todo el día y una considerable menor afluencia de turistas caminando por la siempre concurrida Grand Place de Bruselas, así como en los canales de Brujas o de Gante.

Los transportes públicos también se han mostrado especialmente despejados.

Según el análisis de IHS Global, «el impacto negativo más inmediato se producirá sobre todo en Bruselas capital y sus alrededores, y principalmente en las actividades del comercio, la hostelería y el turismo, habida cuenta además de que los transportes terrestres y aéreos no han recuperado aún la actividad normal». El turismo representa el 5% del Producto Interior Bruto (PIB) belga. Además, tal y como subrayan los mencionados analistas, los ataques terroristas se han producido en temporada alta, en Semana Santa, en la que normalmente los restaurantes, hoteles y bares de la ciudad experimentan un pico de actividad coincidiendo con el periodo vacacional.

Todo apunta, al igual que ocurrió en atentados terroristas anteriores, a que «el consumo tenderá a la baja en el segundo trimestre, lo que impactará en la confianza de los empresarios y tendrá el consiguiente impacto en las inversiones y el empleo a corto plazo». Así, es posible que el crecimiento económico del país pase este año del 1,6% previsto al 1,45%. Otro estudio de ING realizado por el economista Peter Vanden Houte calcula que la economía belga se contraerá alrededor de un 0,1% del PIB, unos 4.000 millones de euros. «En los países desarrollados, el análisis histórico muestra que los atentados son unos hechos que no dejan huella en el tiempo en la actividad económica, aunque sí a corto plazo. Los atentados de París confirmaron que hubo un impacto sectorial sobre la confianza empresarial, pero el efecto no fue significativo ni se mantuvo a lo largo del tiempo», según un análisis del bróker de Bolsa Oddo.«Otra cosa bien distinta es cuando los atentados se producen en países subdesarrollados, en los que las estructuras políticas y sociales son menos sólidas que en Occidente y en las que el turismo tiene un peso menos importante», concluye el mencionado broker.

Los principales analistas señalan que, además de en París en noviembre de 2015, en Londres en julio de 2005 y en Madrid en marzo de 2004, todos los atentados han tenido un impacto limitado en las diferentes economías aunque a corto plazo sí se produjo un retraimiento del consumo.

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