Fotografía de archivo fechada el 20 de abril de 2017 que muestra al director de comunicaciones de la Casa Blanca, Mike Dubke, durante una rueda de prensa en el Salón Este de la Casa Blanca
Fotografía de archivo fechada el 20 de abril de 2017 que muestra al director de comunicaciones de la Casa Blanca, Mike Dubke, durante una rueda de prensa en el Salón Este de la Casa Blanca - EFE

El responsable de Comunicación de Trump, nueva víctima de la «conexión rusa»

El presidente reacciona y renueva su equipo para contrarrestar la investigación

Corresponsal en Washington Actualizado: Guardar
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Donald Trump mueve ficha. Acosado por la investigación de sus posibles vínculos con Rusia, cuya investigación avanza en el Congreso y en el FBI al mismo ritmo que se publican nuevas informaciones periodísticas, ayer dio el primer paso para reformar su equipo en la Casa Blanca. La destitución de Mike Dubke se presentó como una dimisión, por «motivos personales», si bien el presidente tenía en mente proceder a su relevo. Se da por hecho que en los próximos días se producirán nuevos cambios, incluida la creación de un war room (gabinete de crisis), con el que construir un dique que contenga la crecida de las pesquisas sobre la trama rusa.

Incorporado al cargo en febrero, un mes después de la toma de posesión de Trump, a Dubke se le responsabilizó del caos informativo en el seno de la Casa Blanca tras el fulminante despido del director del FBI, James Comey, que abrió la espita de la fuga de agua sobre la investigación rusa que no cesa.

Aunque hay consenso en que el propio presidente contribuyó decisivamente a esa enredo dando un giro a la versión oficial.

Además de la salida de Dubke, adelantada por el sitio web axios.com, Trump prevé otros cambios en su equipo. No se espera el relevo del portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, en la picota desde su mismo debut. Pero sí que se reduzcan sus comparecencias, en las que sería sustituido por miembros de la Administración, según el asunto que se pretenda comunicar. Entre las novedades que se introducirían figura también la consulta previa a los abogados de todos los tuits que vaya a publicar Trump. Pese a la presión de los letrados privados que va a incorporar el presidente, para evitar afirmaciones que puedan ser utilizadas contra el presidente, ayer el afectado volvió a la carga en la red social. Trump tachó de «fake news» todo lo que se ha publicado sobre la trama rusa, parte de lo cual es objeto de investigación oficial. Además, se imaginó «cómo deben de estar riendo los altos cargos rusos de Estados Unidos, al ser una pobre excusa demócrata para justificar su derrota».

La publicación de noticias sobre sus posibles vínculos con el Kremlin, desde la campaña electoral, tampoco se detiene. Incluida una guerra sin cuartel entre medios críticos y afines a Trump. Con la investigación a Jared Kushner como nuevo frente, un salto cualitativo al tratarse de su yerno y hombre de confianza en la Casa Blanca, «The New York Times» aportaba nuevos detalles sobre su presunto intento de crear un canal de comunicación permanente con Moscú. Daba cuenta de una reunión en diciembre de Kushner con Sergey N. Gorkov, un banquero amigo del presidente Putin. Los investigadores intentan conocer el contenido de la conversación por si aporta más claridad a las pesquisas. Poco después, la cadena de televisión Fox desmentía la información original del Washington Post y afirmaba que no fue Kushner, sino el embajador ruso en Washington, Sergey Kislyak, quien planteó establecer el canal de comunicación estable con la Administración Trump.

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