Hariri anuncia la dimisión del Gobierno por las protestas en Líbano

Este martes se cumple su decimotercera jornada de protestas que comenzaron por una controvertida decisión de introducir un impuesto al uso de WhatsApp

El primer ministro del Líbano, Saad Harriri, antes de la rueda de prensa en la que ha anunciado la dimisión de su gobierno EFE

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Saad Hariri no pudo más y después de dos semanas de protestas multitudinarias en las calles de las principales ciudades del Líbano presentó su dimisión al presidente Michel Aoun. «He llegado a un punto muerto y es momento de un gran shock», señaló un primer ministro que confesó que «los puestos no son permanentes, lo importante es la dignidad y la seguridad del país» y recordó a sus aliados políticos que su responsabilidad es «ver cómo proteger Líbano e impedir que el fuego lo arrase».

La caída del primer ministro era una de las principales demandas de unos manifestantes que recibieron con alegría la noticia, pero que mantienen su pulso a las autoridades y anuncian que seguirán en las calles porque aspiran a lograr un «cambio total de la clase política», según uno de sus eslóganes, que libre al país de la corrupción endémica, aporte servicios básicos, como agua y electricidad, y acabe con el estancamiento económico. Un cambio que, teniendo en cuenta el sistema de cuotas que rige un país dividido en 18 sectas religiosas reconocidas, podría pasar por un Gobierno de tecnócratas.

Las movilizaciones, pacíficas e independientes de partidos y sectas, comenzaron el 17 de octubre tras el anuncio del Gobierno de su intención de aplicar una tasa a las llamadas por servicios de mensajería en internet como WhatsApp, medida que se vio obligado a retirar tras comprobar el enfado general. Esta fue la chispa que dos semanas después ha derribado al Ejecutivo que Hariri logró formar en enero después de nueve meses de intensas negociaciones. El líder suní anunció un paquete de medidas el día 21 para intentar aplacar los ánimos de la población, pero su credibilidad está hundida, sobre todo desde que se difundió que mientras Líbano estaba sumido en una grave crisis económica, había pagado 16 millones de dólares a una modelo sudafricana con la que mantenía una relación sentimental.

El diario libanés «L’Orient le Jour’» aseguró que Hariri no quería dimitir por temor al nuevo vacío de poder en el país y buscaba garantías para conformar un nuevo gabinete, pero no pudo lograrlo y la presión le superó.

Apoyo de Hizbolá

El país se encuentra paralizado y bancos, colegios, instituciones y muchos comercios permanecen cerrados de forma indefinida. La salida de Hariri no aclara demasiado el panorama porque ahora el presidente debería consultar al Parlamento la formación de un nuevo Gobierno y en la cámara va a encontrar a los mismos partidos que componen el actual, con lo que no hay apenas margen de maniobra. El partido milicia chií de Hizbolá es uno de los aliados principales de la coalición, defendía la permanencia del primer ministro y se muestra contrario a la celebración de elecciones anticipadas. Su secretario general, Hasán Nasrala, alertó el viernes de que «alguien trata de empujar al país a la guerra civil».

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