Gantz fracasa en su intento de crear gobierno y sigue el bloqueo político en Israel

De no conseguirse un pacto en las próximas tres semanas, Israel tendrá que acudir de nuevo, y por cuarta vez, a las urnas

Benjamin Netanyahu y Benny Gantz

Mikel Ayestaram

Israel se asoma a las cuartas elecciones tras el fracaso de las negociaciones entre Benjamín Netanyahu y Benny Gantz . Las ambiciones personales pudieron más que la emergencia por el coronavirus y, aunque el diálogo sigue abierto, se mantiene el bloqueo político que vive Israel desde hace más de un año. Cumplido el plazo inicial y las 48 horas extra concedidas a Gantz por el presidente del país, Reuven Rivlin decidió ceder la responsabilidad de formar gobierno al parlamento. De esta manera, se puso en marcha un nuevo plazo de 21 días tras los que, si ninguno de los diputados logra superar los 61 escaños necesarios, se disolverá la cámara y los israelíes deberán volver por cuarta vez a las urnas. La fecha límite es el 7 de mayo.

“Netanyahu prefiere ir a unas nuevas elecciones que aceptar un compromiso”, declaró la coalición Azul y Blanco tras el fracaso a la hora de alcanzar un pacto. Todo parecía bien encaminado desde que, a finales de marzo, Gantz decidiera de manera sorpresiva aceptar el puesto de presidente del parlamento, un gesto dirigido a Netanyahu que le costó la división en el seno de su coalición. Después de tres elecciones en las que el ex jefe del Ejército puso contra las cuerdas al líder del Likud con la lucha contra la corrupción por bandera, dejó esta bandera a un lado y se sentó con Netanyahu porque "la población de Israel nos exige que nos unamos por el combate sagrado contra el coronavirus y sus efectos”. El principio de acuerdo recogía una jefatura de gobierno rotatoria en un plazo de 18 meses, pero no abordaba un tema espinoso como las medidas que exige el Likud para blindar a su líder ante la Justicia.

Netanyahu ha encabezado la lucha contra el coronavirus en Israel -donde hasta el momento han muerto 140 personas y hay más de 12.500 contagiados-, y en la negociación con Gantz su delicada situación judicial ha podido más que la urgencia por tener un gobierno fuerte para frenar la pandemia. Los medios locales destacaron que los principales obstáculos para el acuerdo fueron la petición del Likud de tener capacidad de veto en los nombramientos judiciales y de Netanyahu de garantizar que el Tribunal Supremo no le pueda arrebatar el poder por las acusaciones de corrupción que pesan en su contra. El primer ministro en funciones está imputado por los delitos de cohecho, fraude y abuso de confianza y en total se enfrenta a penas de más de diez años de prisión. Su juicio debería haber comenzado hace un mes, pero se retrasó debido a las medidas de emergencia adoptadas por la pandemia.

Ahora, en el parlamento, tanto Netanyahu como Gantz pueden intentar sumar los apoyos que les den los 61 escaños necesarios, pero en este pulso es Netanyahu el beneficiado ya que el ex jefe del Ejército ha quedado muy tocado tras traicionar a sus votantes y ex aliados en ‘Azul y Blanco’. El Likud cuenta con un bloque garantizado de 59 votos y necesitaría dos tránsfugas para formar un nuevo gobierno, sin necesidad de contar con Gantz

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