Francisco de Andrés

Hizbolá sí confía en España

La pérdida de su base logística en Alemania refuerza el valor de su sintonía con Podemos

Seguidores de Hizbolá siguen un discurso de su líder, Nasrala, por TV en Beirut EFE

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No pilló ayer por sorpresa el anuncio del Gobierno alemán de que quedan prohibidas las actividades en el país del movimiento radical chií libanés Hizbolá. La rama militar del grupo que ha hecho dos veces la guerra a Israel estaba ya prohibida –la UE en su conjunto la considera «terrorista»–, y con el decreto, y las redadas en cuatro centros de Hizbolá en Alemania camuflados en mezquitas, se da cerrojazo a la actividad política. No son muchos miembros, pero en Alemania Hizbolá contaba hasta ahora con un importante centro logístico mundial para recaudar fondos entre los inmigrantes musulmanes europeos, entrenar a guerrilleros, colaborar en las actividades de narcotráfico que también nutren sus arcas, y planificar atentados contra Israel desde las bases de la organización pro-iraní en Líbano y Siria. Casi nada.

Las ramificaciones de Hizbolá en Europa han sido poco a poco desveladas en los últimos años gracias al esfuerzo policial en la investigación de algunos atentados terroristas, y a la iniciativa lanzada por la DEA (la agencia norteamericana para la lucha contra la droga) –denominada «Cassandra»– dirigida a tratar de desmantelar sus fuentes de abastecimiento con el narcotráfico. Así ha podido conocerse que, además del importante centro logístico en Alemania, el movimiento libanés cuenta con células en el Reino Unido, Francia, Bélgica, Italia, Chipre, Bulgaria y República checa. El dato de los ataques que en el pasado y actualmente lleva a cabo contra el Estado de Israel hace a Hizbolá especialmente atractivo en los ambientes radicales de la diáspora musulmana, tanto chií como de la mayoría suní.

La ubicuidad de los fanáticos libaneses está, lógicamente, muy facilitada por su padrino iraní, que en cierto modo cuenta con Hizbolá para introducirse en otros conflictos de Oriente Próximo y asentarse en América a través de Venezuela, como acaba de volver a ponerse de relieve. La afinidad del partido español Podemos con el régimen chavista, y su «admiración por la lucha antisionista» de Hizbolá y la causa iraní, convierten a nuestro país en una alternativa muy atractiva ahora que se ven expulsados de Alemania.

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