Brexit

Denuncias judiciales y protestas callejeras para frenar el «abuso de poder» de Boris Johnson

La maniobra del «premier» le da las mejores cartas ante el Brexit duro y los diputados que quieren impedirlo solo tienen una semana para actuar

El terror en España a aun «Brexit duro» ATLAS

Íñigo Gurruchaga

Boris Johnson intentará neutralizar la próxima semana el intento de la oposición de forzarle a pedir una prórroga a la Unión Europea (UE) si la negociación del Brexit no desemboca en acuerdo y es también improbable que tengan éxito una moción de censura o el recurso a los tribunales para que anulen la maniobra del primer ministro, que quiere domar a sus rivales y plantear a Bruselas el dilema entre acuerdo o nada.

El desenlace del primer intento de bloquear la reducción de días disponibles para que el Parlamento tome iniciativas contra el Brexit abrupto se conocerá en la mañana de hoy. Un juez escocés decidirá si acepta la petición de más de 70 diputados de la oposición para que prohíba provisionalmente la suspensión del Parlamento desde la segunda semana de este mes hasta el 14 de octubre, anunciada el miércoles.

Su abogado argumentó en la vista de ayer que hay precedentes de anulación judicial de órdenes de la Reina confirmando decisiones del Ejecutivo y que Johnson pretende negar «la rendición política de cuentas» y comete «un abuso de poder» . El abogado del Gobierno argumentó que el Parlamento nunca ha tenido voto en la decisión de suspender sus sesiones para iniciar otro curso parlamentario y que no hay razón para que los tribunales intervengan ahora porque el periodo de suspensión sea más largo que en ocasiones recientes.

La petición por los diputados de una revisión judicial sobre la constitucionalidad de la suspensión del Parlamento, en el contexto de la recta final hacia el Brexit, se presentó en Escocia cuando los tribunales de Londres estaban de vacaciones. La vista de esa petición en Edimburgo está prevista para el día 6, pero los diputados han requerido con urgencia la anulación provisional de la suspensión.

Gina Miller, que financió el caso que llevó al Tribunal Supremo en 2017 a sentenciar que el Gobierno debía someter a votación del Parlamento la invocación del Artículo 50 del Tratado de la UE para iniciar el proceso del Brexit, ha contratado a los mismos abogados para otro caso en Londres. A simple vista hay una diferencia importante entre aquel -en el que la decisión de iniciar el proceso afectaba a derechos reconocidos en las leyes- con este, más débil, porque los tribunales no suelen juzgar el cumplimiento de convenciones.

Johnson ha forzado las costumbres parlamentarias, como el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, lo ha hecho para favorecer mociones de diputados opuestos a la salida sin acuerdo. El duelo entre los dos, ambos miembros del Partido Conservador, será un gran espectáculo de la próxima semana; la única, según el exministro David Gauke, en la que realmente es posible cerrar la vía del Brexit abrupto.

Dos actos

El Parlamento se reúne el martes, con Johnson ofreciendo un balance de la reciente cumbre del G-7 y con ministros del Gabinete alineados en días sucesivos para hacer varias declaraciones, con debates posteriores, que vayan llenando las horas de la Cámara de los Comunes, que en los ocho o nueve días que se reunirá antes de la suspensión solo estudiará en trámite un proyecto de ley sobre sanciones a quienes maltratan a animales.

Cuando los diputados se apoderaron en abril de la agenda parlamentaria para introducir un proyecto de ley que obligaba a Theresa May a pedir la prórroga del plazo del Brexit, tardaron cinco días en la tramitación. Esta vez van más apurados y el Gobierno estaría dispuesto a bloquearlo mediante el uso ininterrumpido de la palabra en las cámaras hasta agotar los plazos. Y la suspensión para iniciar otro curso parlamentario significa que tendrían que empezar el mismo proceso desde cero a partir del 14 de octubre.

Desde el 14 al 31, la agenda estará cargada con debates sobre el programa del Gobierno contenido en el Discurso de la Reina y el resultado del Consejo Europeo del 17 y el 18. En esos días parece imposible encontrar espacio para que la oposición introduzca de nuevo esa ley. Si el día 21 Johnson regresase de Bruselas sin acuerdo para un Brexit ordenado, ha prometido que guiará al país igualmente a la salida, aunque ni en los programas electorales se prometió ni es popular según los sondeos.

¿Habría tiempo para una moción de censura que derribe al Gobierno? Sí para votarla, pero cuando el Ejecutivo es derrotado se abre un plazo de 14 días en los que el líder saliente sugiere a la Reina que encomiende la formación de Gobierno a otro político capaz de tener una mayoría. En lugar de ceder el Gobierno, Johnson podría pedir la disolución del Parlamento, convocar inmediatamente elecciones con fecha en noviembre, y ejecutar el Brexit abrupto. Podría hacer exactamente lo mismo si es derrotado en los próximos días en la iniciativa legislativa de la oposición.

Al margen de las acciones judiciales y políticas, también los británicos de a pie se están movilizando. Más de 1,4 millones de personas han firmado una petición al Gobierno de Johnson para evitar el cierre de la Cámara, en una iniciativa lanzada por un activista proeuropeo, Mark Johnston, el pasado 15 de agosto, tres semanas antes de conocerse que Johnson llevaría a efecto su amenaza. «El Parlamento no debe ser prorrogado o disuelto hasta que el periodo del artículo 50 [del Tratado de la Unión] se haya extendido suficientemente o que sea cancelada la intención del Reino Unido de retirarse de la UE», reza el texto. En los primeros momentos solo se sumaron unos cientos de personas, pero ayer contaba el número de adhesiones se disparó hasta superar los 1,4 millones.

«Cerramos las calles»

Así mismo, miles de personas se congregaron en el exterior del Parlamento y frente a la residencia del primer ministro en Downing Street tras conocerse la medida de Johnson. «Si tú cierras nuestro Parlamento, nosotros cerramos tus calles», se oía en la londinense plaza Trafalgar. Las protestas se repitieron en otras ciudades.

Mañana sábado se prevé una movilización aún mayor. Momentum, un grupo de apoyo a Jeremy Corbyn, y organizaciones sindicales han convocado nuevas protestas callejeras no solo en Londres, sino también en núcleos importantes como Glasgow, Leeds, Liverpool, Mánchester, Newcastle, Nottingham, Oxford, Sheffield y York. Otra más tendrá lugar el martes en la capital, cuando los diputados se reincorporen tras el paréntesis veraniego.

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