Bolsonaro dispara contra la pista que lo vincula a la muerte de Marielle Franco

Filtraciones apuntan que uno de los asesinos registró entrada en la casa del presidente el mismo día del crimen que conmocionó a Brasil

Varias personas camina delante de un mural dedicado a la concejala asesinada Marielle Franco, En Río de Janeiro REUTERS

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El fantasma de la concejala Marielle Franco le ha quitado el sueño al presidente brasileño Jair Bolsonaro . El principal noticiero de TV Globo reveló con base en filtraciones, que han caído como una bomba en Brasil, que uno de los acusados de acribillar a la joven promesa de la izquierda entró en la urbanización de lujo en que vive Bolsonaro, en Río de Janeiro, autorizado por un hombre de dentro de la casa del actual presidente, horas antes del crimen, el 14 de marzo de 2018.

Enfurecido, en un vídeo en vivo filmado a las 3:40 de la madrugada desde Arabia Saudí, donde se encuentra en gira, el mandatario negó la veracidad de la declaración del portero de su residencial, así como, que conozca al expolicía Elcio Queiroz , preso acusado de dirigir el coche de donde partieron los tiros contra Marielle, brutalmente asesinada en el centro de Río de Janeiro con varios tiros en la cabeza.

Trastornado, gritando insultos y groserías, Bolsonaro acusó al grupo Globo de perseguirlo y querer destruir su Gobierno y su familia, y al gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel, de entregar las filtraciones para debilitarlo, porque según el mandatario, tendría la ambición de disputar la presidencia contra él, en 2022.

«Ustedes, TV Globo, ¡todo el tiempo hacen un infierno mi vida, carajo! Ahora quieren vincularme a la muerte de Marielle. ¡Sinvergüenzas! ¡Canallas!», exclamó varias veces el mandatario ultraderechista, a lo largo del vídeo de 23 minutos, amenazando a Globo, principal cadena de TV de Brasil, con la posibilidad de perder su concesión.

«O el portero mintió o indujeron al portero a un cometer falso testimonio o escribieron algo en la investigación que el portero no leyó y firmó. ¿Cuál es la intención? Siempre la misma, todo el tiempo están encima de mi familia, de mis hijos y de quien está próximo a mí», se defendió el presidente.

La filtración

Según la filtración de las investigaciones sobre este caso - que es uno de los principales misterios de la política nacional-, el portero del residencial de lujo «Vivendas da Barra», donde vive Bolsonaro, en el barrio Barra da Tijuca, afirmó que Elcio Queiroz solicitó su entrada a la urbanización para visitar la casa número 58, donde viven el presidente y su esposa.

El empleado del residencial anotó esa información y la matrícula del coche de Queiroz en el libro de visitas, y afirma que entró en contacto por el intercomunicador con la casa de Bolsonaro, asegurando que quien le atendió fue «Don Jair». Al ver en las cámaras que el coche de Queiroz estacionó en la casa vecina, la 66, entró en contacto nuevamente con la casa de Bolsonaro y «Don Jair» le habría respondido otra vez, confirmando que sabía que el vehículo iba a la casa del vecino.

El vecino en cuestión es el exmilitar, Ronnie Lessa , preso como principal sospechoso de acribillar a la concejala. En declaraciones cuando su vecino fue preso, en marzo de este año, Bolsonaro negó conocerlo, así como a Queiroz, con quien tiene una foto, publicada por el acusado en redes sociales. La prensa brasileña descubrió también que el hijo menor de Bolsonaro, Renan, estuvo enamorado de la hija de Lessa. Pero la policía y la prensa reconocen que ninguna de esas casualidades pueden considerarse pruebas contra el mandatario.

Contra la nueva denuncia, Bolsonaro también tiene una prueba contundente, presentada inclusive en el citado reporte de Globo. En el día de la muerte de Marielle Franco, en Río de Janeiro, el mandatario, que era entonces diputado, registró su presencia en el Congreso, en Brasilia, a más de mil kilómetros de su casa.

Los brasileños que cuestionan al presidente levantan ahora sospechas en redes sociales con la etiqueta «¿Quién estaba en la casa 58?», insinuando que quien atendió el intercomunicador podría ser uno de sus hijos, el senador Flávio Bolsonaro , acusado de tener vínculos con los paramilitares de Río, que Marielle denunciaba; o el concejal de Río, Carlos Bolsonaro, que vive también en el residencial.

La policía investiga ahora a partir de las grabaciones de la entrada en el residencial, con quién el portero habló realmente ese día y quién estaba en la casa del presidente. Cualquier posible vínculo de Bolsonaro en el caso puede llevar el proceso directamente a la Corte Suprema, la máxima instancia judicial, y provocar incluso su destitución, si la pista se confirma.

El Partido Socialismo y Libertad (PSOL), al que pertenecía Franco, solicitó una audiencia «inmediata» con el presidente de esa corte, José Antonio Dias Toffoli. «El PSOL nunca hizo cualquier relación entre el asesinato y Jair Bolsonaro. Pero las informaciones de hoy son muy graves. Brasil no puede convivir con cualquier duda sobre la relación entre un presidente de la República y un asesinato», informó el partido en un comunicado.

El presidente ha defendido que la investigación se mantenga en la Policía de Río de Janeiro y no a nivel nacional, como propone la Fiscalía, y pidió al ministro de Justicia, Sergio Moro , que solicite un nuevo interrogatorio del portero.

El fantasma de Marielle Franco

Pocas horas después de la entrada del coche al residencial, Queiroz y Lessa se dirigieron en otro vehículo al centro de Río de Janeiro donde esperaron la salida de Franco de un evento feminista, siguieron su auto y lo acribillaron algunas manzanas después matando a la joven y a su chófer, Anderson Gomez .

El cobarde asesinato de Franco, una negra, lesbiana de 38 años, que combatía la acción de grupos paramilitares en la violenta favela Maré, conmocionó a los brasileños que salieron en marchas por el país al día siguiente de su muerte exigiendo una solución de un crimen que ha sido difícil de descifrar. Sus presuntos autores, expolicías, no habían dejado rastro, y sólo fueron descubiertos y presos un año después del crimen.

Los brasileños pasaron a exigir entonces, que se descubra «¿Quién mandó matar a Marielle?», cuya silueta es frecuente en las paredes de las calles brasileñas como un símbolo de los pobres de las favelas de Río y de la resistencia de la izquierda contra el actual Gobierno.

Reportes de la prensa brasileña han mostrado relaciones del senador Flavio Bolsonaro, hijo mayor del presidente, con grupos paramilitares de las favelas, locales donde consiguió la mayoría de los votos con los que ganó la elección del año pasado. Flávio es acusado de contratar como asesores parientes de paramilitares presos o perseguidos por la policía.

Flavio Bolsonaro también fue el único parlamentario que se negó a condecorar a Marielle Franco con un título póstumo concedido por el legislativo de Río de Janeiro, mientras el actual mandatario fue el único candidato presidencial que no quiso manifestarse ni condenó el asesinato de la concejala.

La TV Globo y asociaciones de prensa y de derecho, criticaron el ataque del presidente contra un medio de comunicación.

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