Italia acusa a una ONG alemana de ser un «taxi» para ilegales

Comienza una misión naval en Libia para intentar frenar la inmigración

Emigrantes ilegales tras zarpar de un puerto de Libia REUTERS

ÁNGEL GÓMEZ FUENTES

Por fin comienzan a darse pasos significativos para evitar la catástrofe humanitaria en el Mediterráneo central, con la inmigración que parte de Libia . El Parlamento italiano ha dado vía libre a la misión naval de en aguas libias , mientras se pone también en marcha el código de conducta de los barcos de las Organizaciones no gubernamentales (ONG), redactado por Italia y aprobado por la Unión Europea. Desde hace tiempo, las ONG son criticadas porque, según algunos, las naves de estas organizaciones humanitarias que realizan operaciones de salvamento se convierten en la práctica en taxis para cargar inmigrantes, favoreciendo el tráfico de seres humanos. Estas sospechas se han visto en parte confirmadas, según la investigación realizada por la magistratura de Trapani (Sicilia). Por orden de esta fiscalía ha sido secuestrada en Lampedusa la nave alemana Iuventa de la ONG Jugend Rettet , con la acusación de “favorecer la inmigración clandestina”, aunque la magistratura cree que no hubo ánimo de lucro en la ONG.

Diversos documentos gráficos, incluyendo algunas filmaciones, recogidos por la investigación de la fiscalía de Trapani, muestran los contactos de parte de la tripulación de la nave Iuventa con traficantes de seres humanos. El secuestro de la embarcación supone un salto de cualidad muy importante en un debate que se abrió hace varios meses. Se da la circunstancia de que la organización alemana Jugend Rettet, propietaria de la Iuventa, se negó a firmar el código de comportamiento de las ONG aprobado por la Unión Europea, por “considerarlo contrario a los principios humanitarios en los que se inspira”: “Nuestro principio de neutralidad nos impide acoger a bordo a policías armados italianos” , afirmó su portavoz Titus Molkenbur.

El gobierno italiano ha sido tajante: “Las ONG que deseen realizar operaciones de salvamento deben firmar el código de conducta”, ha dicho el ministro del Interior, Marco Minniti . Entre otras reglas, ese código impone a las ONG someterse a inspecciones, mostrar transparencia en su cuentas financieras y permitir la presencia a bordo de funcionarios de policía armados . Hasta ahora, solo cuatro ONG han firmado su acuerdo con este código de comportamiento: Save the Children, Moas, Sea Eye y Proactivia Open Arms. Varias se han negado a firmar, caso de la Iuventa . Tampoco lo ha hecho Médicos sin fronteras, argumentando que se oponen a la presencia de policías armados, porque esto es contrario a la política de “no armas” que esta ONG aplica en sus proyectos en el mundo.

Con la nueva normativa para las ONG y con la marina militar en aguas libias, se responde a una nueva estrategia para poner ley y orden en el Mediterráneo Central, que, según el propio ministro Minniti, “se había transformado en una jungla en el último año y medio”. Al puerto libio de Trípoli llegó ya la nave militar italiana Comandante Borsini. Los resultados de la nueva estrategia comienzan a reflejarse, en las dos últimas semanas: una drástica caída en el número de desembarcos de inmigrantes en los puertos italianos.

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