La presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, Gladys Gutiérrez y el mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, participan en los actos protocolares del inicio del año judicial
La presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, Gladys Gutiérrez y el mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, participan en los actos protocolares del inicio del año judicial - EFE

A la apertura del año judicial faltó el Parlamento venezolano

Continúa el choque de poderes. El presidente Nicolás Maduro estuvo solo en la ceremonia del Tribunal Supremo de Justicia

/Corresponsal en Caracas Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

A la apertura del año judicial en la sede del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) no acudió hoy el presidente del parlamento venezolano, Henry Ramos Allup, pero sí el presidente Nicolás Maduro, dando así muestras una vez más de la escalada del choques de poderes entre el chavismo y la oposición desde que ésta ganara las legislativas en diciembre pasado.

En la ceremonia solemne para la apertura del año judicial 2016, Maduro afirmó que «sólo el TSJ puede dirimir los conflictos y tensiones que surjan en el país», olvidándose que la ONG Human Rights Watch (HRW) ha denunciado que el poder judicial de Venezuela «prácticamente dejó de funcionar de forma independiente al Gobierno» desde que el chavismo y «sus partidarios en la Asamblea Nacional» asumieron «el control político de la Corte Suprema».

El mandatario instó al Supremo Tribunal a «asumir las nuevas tareas» que se presenten para este 2016. «Los problemas que estamos por enfrentar serán aún mayores que los que ya hemos vivido», dijo.

Maduro, lamentó la ausencia del presidente de la Asamblea Nacional (AN), Henry Ramos Allup. «Lamento que el diputado Ramos Allup esté ausente de este evento de Estado. Creo que lo hubiera ayudado a entender que el país es más que ellos y sus ambicione».

El gatillo del poder judicial

En cambio, Ramos Allup dijo que por razones protocolares y falta de reciprocidad declinó asistir al acto solemne realizado este viernes en la sede del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).

«Me informaron que el puesto que le asignaron al presidente de la AN o a quien lo represente, estaba casi en la orilla, en el último extremo», dijo Ramos Allup a los periodistas, recordando que en el acto realizado en el Palacio Legislativo con motivo de la presentación de la memoria y cuenta del presidente Nicolás Maduro, el pasado 15 de enero, la presidenta del TSJ, Gladys Gutiérrez, estuvo sentada en el lugar que le correspondía a su alta investidura.

El presidente del Parlamento también refirió que la comisión que acudió ayer al TSJ a participar la instalación de la Cámara, según le informó el diputado Luis Aquiles Moreno, que la preside, «no fue recibida por ningún directivo del poder Judicial. Ellos creen que con estos gestos menores nos van a intimidar, pero están equivocados», aseguró.

En cuanto a la actitud de Maduro de llamar a la rebeldía porque «jamás» permitirá que se cumpla la ley que otorga la propiedad a los beneficiados con viviendas de la Gran Misión Vivienda Venezuela, cuyo proyecto fue aprobado ayer en primera discusión por los diputados de la oposición, Ramos respondió que «paredes las vamos a encontrar siempre frente a un Ejecutivo que es terco en la medida de su propia debilidad. Esa terquedad no es fortaleza, sino debilidad».

«Si en el ejercicio de nuestras funciones interfiere algún otro poder, tendremos que hacer valer nuestro fuero. Vamos a cumplir con nuestras funciones le guste o no al Ejecutivo o a su apéndice, que es el poder Judicial», acotó Ramos.

«Ellos siguen con el gatillo de su oficina judicial, que es el TSJ. En la medida en que ellos recurran al Tribunal Supremo, que no es tal sino, que es el órgano de ejecución judicial del Ejecutivo Nacional, pues nosotros seguiremos cumpliendo con nuestro poder», añadió Ramos.

Aclaró que «no estamos propiciando un choque de poderes, pero tampoco podemos permitir que se hagan ilusorias las facultades que tiene este poder Legislativo que fue electo por el pueblo. Al TSJ no lo ha elegido ningún pueblo. Muchos de sus magistrados están formando parte de salas en un procedimiento absolutamente írrito y amañado de designación rápida de magistrados que no cumplen con los requisitos que manda la Constitución».

«No podemos convalidar violaciones a la Constitución. Debería el TSJ, sí, preservar la vigencia de la Constitución y no violarla como lo hace sistemáticamente», concluyó.

Ver los comentarios