Merkel visita el instituto que perdió a 18 personas en la tragedia de Germanwings

El alcalde de Haltern am See, Bodo Klimpel, sigue sin encontrar las palabras. Siete meses después de la catástrofe aérea que se llevó la vida de 16 chicos del pueblo que volvían de un intercambio en España, sigue repitiendo como un mantra desasosegante: «No, la vida no ha vuelto a ser igual aquí, naturalmente la vida sigue, pero de alguna forma hemos interiorizado que somos vulnerables y nada es lo mismo». Tras la gran atención que los medios de comunicación dispensaron a sus ciudadanos con motivo del siniestro, Haltern ha vivido en soledad la ausencia de los fallecidos hasta que la canciller Merkel ha cumplido este martes la promesa que hizo en su día, visitar el instituto del que eran alumnos.

El motivo oficial de la visita era expresar su solidaridad con los familiares y amigos de los chicos y de las dos profesoras que perdieron la vida en los Alpes franceses el pasado marzo. «Quiero dejar constancia de que tanto yo misma como el Gobierno y muchas personas en Alemania continuamos pensando en ellos», ha declarado tras pasar hora y media en el instituto de secundaria Joseph König.

Merkel ha descrito en el libro de condolencias «con qué dolor, pero también con qué empatía, cariño y sentimiento» el instituto «ha abordado y está intentando superar este suceso», y desde su fe cristiana ha tratado de transmitir esperanza y sentido a la gran pérdida. Una alumna le ha regalado un libro titulado «Por qué» y la canciller ha conversado con los alumnos sobre cómo, desde su experiencia, Dios nos ayuda a superar pruebas que no somos capaces de entender.

La canciller ha felicitado a los habitantes de Haltern por esforzarse en superar «unidos» lo ocurrido y ha puesto a esta localidad en el estado federado de Renania del Norte-Westfalia como «ejemplo de cómo debe ser una comunidad en una situación tan terrible y triste». En los meses que han transcurrido desde el siniestro, los familiares de las víctimas se han vuelto más precavidos. Si un día comentaban con los periodistas abiertamente su dolor, hoy prefieren no hablar con la prensa. Tuvieron que esperar muchas semanas hasta recuperar unos féretros en los que a menudo no había más del 10% del cuerpo de las víctimas y ahora están pendientes del proceso de indemnizaciones, todavía en curso. Pero aunque no deseen dar entrevistas, están muy agradecidos por la visita de la canciller y esperan que sirva para agilizar el proceso, al cargo de abogados internacionales que agrupan a las víctimas.

Excursión a los Alpes

Con la visita, Merkel ha conseguido desviar la atención pública, al menos durante unas horas, de la crisis de los refugiados. «La vida es imprevisible y hay que dar gracias por cada día que pasa», ha recordado la canciller tras depositar una flor blanca en el patio del instituto ante la placa de acero con los nombres de las 18 víctimas de esa ciudad. «Mantengan en buena memoria a los que ya no están», ha encargado antes de partir, «y muchas gracias por haberme dejado estar aquí hoy (este martes)».

Con motivo de la visita, el director del instituto Ulrich Wessel ha anunciado la excursión que un grupo de alumnos realizará voluntariamente en primavera al lugar de la catástrofe, para celebrar allí el primer aniversario de la tragedia, una especie de catarsis que los mismos alumnos están deseando. «La idea es pasar dos noches en los Alpes franceses y realizar una excursión al lugar de los hechos, así como al cementerio local, donde reposan 3.000 restos sin identificar, ha sido recomendada por los psicólogos y les ayudará a procesar el dolor, igual que este martes les ha ayudado esta visita», ha dicho.