El gobierno holandés ha confirmado la falta de munición, aunque no cree que produzca situaciones tan graves
El gobierno holandés ha confirmado la falta de munición, aunque no cree que produzca situaciones tan graves - EFE

Obligan a los soldados holandeses a imitar el ruido de las balas con la boca para suplir la falta de munición

Un correo electrónico filtrado a un medio local ha desvelado que la escasez de cartuchos está derivado en prácticas totalmente absurdas

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Puede parecer increíble, pero la escasez de cartuchos para sus fusiles de asalto está llevando al ejército holandés a echar mano de la imaginación a la hora de realizar sus prácticas de tiro. Así lo atestigua en un correo electrónico enviado por la asociación militar VMN al diario « RTL Nieuws». Y es que, en él se afirma que los combatientes de este país fueron obligados a imitar el ruido de los disparos durante un entrenamiento debido a la falta de munición.

Al parecer, y según ha explicado el susodicho diario en línea, esta hilarante situación se sucedió mientras algunos soldados participaban en un ejercicio habitual de tiro. Todo transcurría por los cauces normales hasta que algunos de ellos empezaron a quedarse sin balas.

¿Cuál fue la solución de sus superiores? Les ordenador imitar el sonido mediante un sencillo «bang-bang» y continuar con el entrenamiento.

«Aunque no tengas balas, tienes que entrenar con tu arma, así que tienes que imitar el ruido para continuar. Esto es desastroso para la moral de los militares», ha señalado Jean Debie, el presidente de la asociación, al diario holandés. En palabras del informador, la única excusa que se dió a los militares es que se habían usado demasiadas balas en el extranjero y la munición solicitada al fabricante aún no había llegado.

En principio, el alto mando habría tratado de solucionar el problema pero, cuando los soldados hicieron públicas sus quejas, la oficialidad decidió tomar esta curiosa medida. El gobierno holandés ha admitido la falta de balas y ha señalado que todo se debe a la tardanza de la empresa armamentística contratada a la hora de suministrárselas. (en sus palabras, a los «largos plazos de entrega» y al «alto consumo»). Con todo, no creen que esto haya afectado de esa forma tan drástica a sus fuerzas armadas.

Ver los comentarios