A la izaquierda, Leila Khaled, fotografiada en 2009 en Beirut. A la izquierda, en un grafiti en Belén
A la izaquierda, Leila Khaled, fotografiada en 2009 en Beirut. A la izquierda, en un grafiti en Belén

Leila Khaled ¿terrorista palestina o luchadora por la libertad en Sudáfrica?

La visita de Khaled, famosa por el secuestro de un avión de pasajeros en 1969, desata las críticas de la comunidad judía sudafricana, mientras que los partidarios de sanciones contra Israel la comparan con Nelson Mandela

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En 1969 se convirtió en la primera mujer en secuestrar un avión de pasajeros. Entonces, la palestina Leila Khaled, que no superaba los 30 años, se convirtió en la cara del movimiento contra la ocupación israelí. La activista del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) se hizo con el control del vuelo 840 de la TWA con destino a Tel Aviv y lo desvió a Damasco. Al año siguiente se sometió a cirugía facial para tratar de repetir la operación con otro avión procedente de Amsterdam. La acción fue frustrada y Khaled permaneció bajo custodia británica hasta ser extraditada a Siria.

Libros y películas la han convertido en un símbolo de la mujer revolucionaria. Su imagen con el pañuelo palestino cubriendo su pelo mientras empuña un AK-47 ha sido reproducida innumerables veces en grafitis callejeros y carteles.

Desde aquellos eventos, Leila Khaled ha cambiado la lucha armada por la arena política y se dedica ahora al activismo a través de su apoyo a campañas contra el Estado de Israel.

Recaudar fondos para la causa palestina

El movimiento sudafricano por el Boicot, Desinversiones y Sanciones a Israel (BDS) ha invitado a la activista a una gira del 6 al 16 de febrero que la llevará por las principales ciudades de Sudáfrica para recaudar fondos para la causa palestina. Khaled ha visitado el país en varias ocasiones, donde incluso fue recibida por el expresidente Nelson Mandela, y su militancia de corte marxista nada tiene que ver con terrorismo yihadista. Sin embargo, muchos han criticado el ensalzamiento de una secuestradora de aviones de pasajeros, especialmente tras los recientes atentados de París contra la revista satírica Charlie Hebdo y el avance los radicales islamistas en Irak y Siria.

El portavoz de la Embajada de Israel en Pretoria, Michael Freeman, afirmó que Leila Khaled es una secuestradora confesa y alguien que utilizó la violencia para conseguir sus objetivos. «Mientras vemos a la gente protestar en Paris contra el terrorismo, la visita de Khaled va en contra de los valores que Sudáfrica y el resto del mundo defendemos», ha afirmado Freeman. «Es miembro del aparato político del FPLP, la misma organización que atentó contra fieles judíos en el oeste de Jerusalén hace apenas un mes», añadió.

«Al traer a Khaled a Sudáfrica, los organizadores se alinean con los pistoleros salvajes que mataron civiles en París, con los terroristas que envían niñas de 10 años a inmolarse en mercados de Nigeria y los bárbaros que masacran a menores en una escuela de Pakistán», ha afirmado el rabino sudafricano Warren Goldstein, líder espiritual de la comunidad judía en el país.

Comparada con el Che y Mandela

El movimiento por el Boicot, Desinversiones y Sanciones a Israel (BDS) defiende la gira sudafricana de la activista palestina, en la que promociona a Khaled como «la mujer que hizo historia al convertirse en la primera secuestradora de aviones del mundo». El BDS define a la activista como un icono de la lucha por la liberación de Palestina y la compara con el Che Guevara y Nelson Mandela.

«Mandela fue a prisión por ser miembro del brazo armado del Consejo Nacional Africano (CNA) en su lucha contra el apartheid», recordó el movimiento pro-palestino en un comunicado. El líder sudafricano fue condenado a cadena perpetua en 1964 y permaneció en prisión durante 27 años acusado de terrorismo por el régimen racista del apartheid, hasta que fue liberado en 1990 para dirigir la transición pacífica hacia la democracia multirracial en Sudáfrica.

En una entrevista concedida por Khaled al diario local «Star» durante su última visita a Sudáfrica en 2006, la activista palestina aseguró que la violencia ya no es una forma legítima de protesta. Sobre su participación en secuestros de vuelos comerciales, afirmó que «paramos cuando pensamos que habíamos logrado nuestro objetivo, poner la cuestión palestina en la agenda internacional, y no herimos a nadie».

En aquel momento, Khaled no quiso condenar ataques en Israel, aunque afirmó que era una estrategia equivocada. «No solo protestamos, sino que estamos peleando por nuestra dignidad. ¿Qué esperas de un joven cuya casa ha sido demolida, su padre asesinado y no puede trabajar ni estudiar? Acabará haciéndolo, porque Israel ha convertido nuestra vida en un infierno».

La última operación militar de Israel contra la franja de Gaza, entre julio y agosto de 2014, acabó con la vida de más de 1400 civiles palestinos, incluidos medio millar de niños, según un informe de Naciones Unidas.

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