Muere el veterano más anciano que sobrevivió a la infamia de Pearl Harbour en la IIGM

Ray Chavez, de 106 años, ha fallecido este miércoles mientras dormía de forma apacible en un hospital de San Diego

Raymond Chávez, el que era el veterano más anciano del ataque sobre Pearl Harbour

ABC HISTORIA

Raymond Barron Chávez (más conocido como Ray), el veterano más anciano que sobrevivió al ataque nipón sobre Pearl Harbour en 1941 , ha fallecido este miércoles en California a los 106 años de edad. Según han informado sus familiares a medios locales como el « Tribune Union » de San Diego, el norteamericano se ha marchado de este mundo de forma apacible mientras dormía en la cama de un hospital de cuidados paliativos de Poway (al norte de San Diego). Todo ello, tras una larga vida en la que el mismo Donald Trump le rindió homenaje.

La misma Casa Blanca ha lamentado, a través de su Twitter , el fallecimiento de Chávez con el siguiente mensaje: «Nos entristece escuchar que el veterano más anciano de Pearl Harbor , Ray Chávez, falleció a la edad de 106 años. Nos sentimos honrados de haberlo recibido en la Casa Blanca a principios de este año. ¡Gracias por su servicio a nuestra gran nación Ray!». La tristeza se ha extendido en las redes sociales. Y no es para menos, pues Raymond era uno de los últimos vestigios que unía a Estados Unidos con un triste evento que provocó la entrada del país en la Segunda Guerra Mundial y motivó a miles de jóvenes a alistarse.

El bombardeo tuvo lugar a las 7:55 (hora de Honolulu) el 7 de diciembre de 1941 y fue calificado por el presidente Franklin D. Roosevelt como «una fecha que vivirá en la infamia» por llevarse la vida de 2.390 estadounidenses . Aquella triste jornada, Ray servía se encontraba descansando cuando los más de 400 aviones que transportaban seis portaaviones japoneses se abalanzaron contra los buques norteamericanos amarrados en la base de Pearl Harbor. Mediante un ataque sorpresa, los nipones buscaban destrozar la fuerza naval estadounidense del Pacífico. Con todo, aquella jornada los buques más destacados habían salido de maniobras.

Ray Chávez nació en 1912 en la ciudad de San Bernardino (California). A la postre se mudó a San Diego, al sur del estado, a donde volvería tras la Segunda Guerra Mundial para abrir un negocio de jardinería. Tras alistarse, y después de pasar por varios destinos en la Armada de los Estados Unidos, fue asignado al barco dragaminas « USS Condor », amarrado aquel 7 de diciembre de 1941 en la base militar de Pearl Harbour (ubicada en Hawái).

Ray en Pearl Harbour

Este veterano narró de forma pormenorizada su intervención en el desastre de Pearl Harbour en una entrevista publicada a día de hoy por la biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. En la misma, afirma que la mañana del 7 de diciembre empezó de forma movida tras «un servicio ordinario». En sus palabras, entre las tres y media y cuatro menos cuarto de la madrugada observaron que un submarino sin identificar había entrado en aguas restringidas de los Estados Unidos. « Todos pudimos ver el periscopio y verificar que era un submarino », añadía.

Aquel primer aviso les hizo acudir a su tarea diaria, las operaciones de limpieza de minas que debían llevar a cabo a las seis de la madrugada, con desconfianza. Pero, a pesar de todo, Ray terminó su tarea y volvió a su casa, una «vivienda naval» en la que residía junto a su esposa y su hija ubicada en la entrada de Pearl Harbour. «Me llevé también a mi hermano, le pedí que viniera a dormir porque estaba destinado conmigo y el ruido le iba a impedir dormir», explicaba.

Ray se fue a la cama y pidió a su mujer que no le despertara, pero ella no tuvo más remedio que hacerlo. «Entre las 8:00 y las 8:05 entró y trató de despertarme. “ Vamos, mejor date prisa, levántate, estamos siendo atacados ”; yo le dije: “ Nadie nos está atacando, déjame en paz, quiero dormir un poco ”; pero me respondió: “ No, no, vamos, todo el puerto está en llamas ”», afirmaba. Al final, Chávez se levantó y vio que, efectivamente, «todo el puerto estaba ardiendo».

Mientras los aviones nipones dejaban caer bombas sobre Pearl Harbour, Ray se vistió y volvió decidido a su barco para combatir aquel despropósito. A las ocho y media ya estaban en acción. Les ordenaron barrer las minas cercanas al oeste de la base para evitar que, durante los movimientos, los buques chocaran contra una de ellas.

Así lo hicieron hasta que un imprevisto les obligó a volver a la base. «Un barco destructor que venía desde puerto chocó contra nuestra popa y nos cortó los cables [de limpieza]», añadía. Mientras volvía vio «toda la destrucción en los barcos, que eran torpedeados y bombardeados»; los « cuerpos sin vida que estaban dispersos en el petróleo» y a cientos de marineros intentando escapar y pidiendo ayuda a otras embarcaciones para que les salvasen.

Vida tras la guerra

Ray vivió en Poway, California, con su familia, pero ganó prominencia en los últimos años mientras viajaba por todo el país, asistiendo a conmemoraciones.

A principios de este año se reunió con el presidente Donald Trump en la Oficina Oval antes del Día de los Caídos. «Ray se sintió honrado de haber servido a su país y de pelear entre héroes y amado conocer a sus compañeros», dijo su familia en un comunicado. «Él apreciaba su tiempo para hablar con los niños en las escuelas porque no quiere que se olviden de Pearl Harbor». A medida que su salud declinaba en los últimos meses, afirmó que quería ser enterrado en el cementerio nacional de Miramar.

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